La corresponsabilidad familia-escuela en la educación de los hijos

La articulación y la comunicación entre los padres de familia y las instituciones educativas son elementos claves para el éxito académico, según Alexandra Pedraza, profesorade la Maestría en Asesoría Familiar y Gestión de Programas para la Familia, quiena lo largo de su vida profesional ha realizado varias investigaciones al respecto.

La experta menciona que hay una evidente relación entre la ausencia de los padres y la deserción escolar. En 2020, el Ministerio de Educación Nacional reportó que más de100.000 estudiantes dejaron sus estudios, en gran medida por la pandemia, pero tambiénpor la falta de acompañamiento de los padres en la educación de sus hijos.

El confinamiento también implicó grandes cambios en los hábitos de estudio, en algunos casos, afectando su proceso de aprendizaje. Astrid Domínguez, graduada de la Maestría en Asesoría Familiar y Gestión de Programas para La Familia, y rectora de la Unidad Pedagógica Bilingüe Pierre De Fermat, comenta al respecto que “Los padres de familia no estaban preparados para asumir esa  responsabilidad de la disciplina y el aprendizaje de los hijos”. Sin embargo, en el contexto de la pospandemia, queda el aprendizaje de educar para la autonomía y la necesidad del acompañamiento en las actividades escolares de los más pequeños.

Aquellos niños que no reciben la atención necesaria en sus actividades escolares tienden a “Sentirse abandonados o que no son importantes para la familia”, explica la profesora Pedraza. En aquellos casos, los hijos actuarán de forma similar y no les darán la relevancia necesaria a sus estudios, como si “nadaran en contra de la corriente”.

Para las situaciones en las que los niños no rindan enel colegio o cuyos padres de familia quieran contribuir al rendimiento académico de sus hijos, sin llegar a hacer demás, la profesora Pedraza da unas recomendaciones generales, como mantener la comunicación con la escuela; no basta con que el profesor mande notas y el padre las firme o dé una respuesta de “recibido”. Es necesario mantener conversaciones, preguntar si surgen dudas, llevar un control del proceso e interesarse en las dificultades del estudiante, es decir, mantener una comunicación bidireccional.

Los padres de familia deben “crecer junto con el hijo” para ir aportando diferentes elementos en las distintas etapas de la vida. Para la primera infancia, Alexandra aconseja pedirle al niño que explique qué entiende e ir supervisando el proceso para saber si está comprendiendo cuáles son sus deberes.

En la infancia, es relevante “Mantener una conversación en la cual se identifiquen las dificultades y también darle sentido a cada tarea”, explica Pedraza. Para los pre adolescentes, recomienda ayudarles a crear hábitos y a ser más organizados, ya que es una edad en la que muchos suelen descuidar sus estudios.

Finalmente, en laadolescencia, es esencial “No dejarlos solos, pero tampoco sobre protegerlos: buscar un equilibrio en laautonomía progresiva”, dice la profesora. Como es una etapa crucial, aquellos jóvenes que no reciben ese acompañamientode lospadres tiendena abandonar las carreras universitarias en los primeros tres semestres.

“La escuela,por saber y pedagogía, tiene la capacidad de liderar esa orientación,pero no es solo su responsabilidad.Debe haber una corresponsabilidad familia-escuela para la educación de los hijos”, explica Alexandra Pedraza. Los padres deben ser compañeros de trabajo de los profesores, en un proceso en el que la comunicación será el eje fundamental de un buen rendimiento académico de los hijos en las diferentes etapas de sus vidas.

Ana María Sarmiento, coordinadora de Gestión Académica, señala las estrategias del Instituto de La Familia para fortalecer el éxito académico desde casa:

  • Personalizar la educación familiar y las expectativas académicas de cada hijo.
  • Los padres deben ser un ejemplo de hábitos y de amor por el estudio.
  • Confiar en las capacidades de los hijos, reconocer sus logros, motivarlos, acompañarlos en sus necesidades y trabajar favorablemente frente a los fracasos.
  • Ocupar el tiempo libre con un propósito.
  • Enseñar hábitos de estudio.

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