Cuando nos enamoramos, los químicos asociados con el “circuito de recompensa” de nuestro cerebro lo inundan, lo cual produce una variedad de respuestas físicas y emocionales. A propósito del mes del amor y la amistad, Cheryl Eneyda Jiménez, neuróloga de la Clínica Universidad de La Sabana, explica algunas de estas reacciones:

1. El corazón palpita rápido, las palmas sudan, las mejillas se sonrojan y se producen sentimientos de pasión y ansiedad.

2. Los niveles de cortisol aumentan durante la fase inicial del amor romántico, por lo que se pueden experimentar situaciones de estrés.

3. A medida que aumentan los niveles de cortisol, los niveles del neurotransmisor (sustancia química que transmite información) serotonina se agotan, lo cual precipita sentimientos o pensamientos de preocupación, esperanza o los típicos terrores del amor temprano.

4. En el proceso de enamoramiento se liberan altos niveles de dopamina, un químico que activa el circuito de recompensa, lo cual ayuda a hacer del amor una experiencia placentera similar a la euforia asociada con el consumo de algunas drogas.

5. La oxitocina, conocida como la hormona del amor, aumenta, lo cual provoca sentimientos de satisfacción, calma y seguridad que, a menudo, se asocian con la unión de pareja.

6. La vasopresina, otra hormona que se produce, está vinculada al comportamiento que genera relaciones monógamas a largo plazo.

7. El amor desactiva la vía neuronal responsable de las emociones negativas, como el miedo y el juicio social. Por este motivo, cuando nos dedicamos al amor romántico, la maquinaria neuronal responsable de realizar evaluaciones críticas de otras personas, incluidas aquellas con las que estamos involucrados sentimentalmente, se cierra. Esa es la base neuronal para la sabiduría antigua: “El amor es ciego”.