La Universidad de La Sabana es la puerta que les da la bienvenida a todas las personas que viven o visitan la región de Sabana Centro. Allí, cerca del histórico Puente del Común, se levanta un campus que está inmerso en un corredor biológico.

     Ese corredor biológico en el que está la Universidad contiene 1.895 árboles, según el último inventario arbóreo que se hizo. ¿Cuál es la importancia de esto? Según Leonardo Moya, coordinador de Gestión Ambiental, el inventario ayudará a construir una hoja de ruta para consolidar un campus más sostenible.

     “Con este inventario podemos saber qué árboles tenemos y cuántos más debemos sembrar a futuro”, dice Moya. En ese sentido, el inventario arrojó la siguiente información: de los 1.895 árboles que hay, el 72,5% (1.375) son especies introducidas, el 23,8% (452) son nativos y el 3,5% (68) son endémicos.

     ¿Por qué tiene el campus una ubicación privilegiada? En términos ambientales y geográficos, La Sabana está cerca a los cerros orientales y al río Bogotá. “Esto hace que haya una gran presencia de aves en el campus —61 especies en total— lo que representa el 32% de aves de La Sabana”, añade Moya. Y sin duda, estos árboles contribuyen con la captura del dióxido de carbono de la atmósfera.

     ¿Y cómo se hace un inventario arbóreo? Para el caso de la Universidad, un ingeniero ambiental y un ingeniero forestal recorrieron la totalidad del campus con un GPS en la mano. Una vez se topaban con individuo (árbol), le tomaban fotos, determinaban su familia, especie y le asignaban un código forestal (un número de diez cifras). Luego, la información la organizaban en una tabla Excel. Después de ese proceso, una bióloga se encargó de categorizar los árboles, lo que dio como resultado la clasificación de especies introducidas, nativas y endémicas.

Un campus que acerca las personas a la naturaleza

El proyecto del edificio Ad Portas trae consigo un plan para acercar las personas a la naturaleza y al medio ambiente, como lo afirma el arquitecto del edificio, Felipe Uribe. Lograr crear una armonía entre las construcciones y la naturaleza es vital, por eso, en muchas ocasiones, se habla de la Universidad como un gran jardín botánico en el que se puede estudiar. Hoy, la tecnología permite estudiar en un sendero, al lado de un árbol, al lado de un lago. Por todo esto, este inventario arbóreo será un primer paso para un completo plan de siembra de árboles en el año 2018, con la finalidad de seguir en esta línea ambiental, sostenible y que le da una importancia al territorio que habitamos.

El proceso de inventario de todos los árboles de la Universidad empezó en octubre del 2016 y duró cuatro meses. En total, el campus de la Universidad es ambientado por 1.895 árboles.

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