Inteligencia emocional en máquinas: ¿el siguiente paso de la inteligencia artificial?

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Existen modelos de predicción electoral que rastrean palabras en línea, las clasifican como positivas, negativas o neutras y las asocian con emociones e intenciones de voto.

Desde el 2013, algunas investigaciones plantean que en el futuro un celular, un electrodoméstico e, incluso, un robot podrán reconocer las emociones de su dueño y, con base en eso, reaccionar de forma coherente para otorgar un servicio o transmitir emocionalidad. ¿Qué avances hay hasta el momento en el reconocimiento facial y emocional, y cómo impacta esto en el mercadeo, la política y la seguridad?

Rana el Kaliouby, chief science officer y cofundadora de Affectiva, una iniciativa científica del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), es una de las primeras investigadoras en hablar de inteligencia emocional en máquinas. Ha conseguido medir las tendencias expresivas de la población mundial a través de algoritmos de reconocimiento facial. La investigación ha identificado 12 mil millones de puntos de información emocional en el rostro humano en 2,9 millones de videos con voluntarios de 75 países.

Entre los resultados, se ha encontrado que en el Reino Unido las mujeres y los hombres son igualmente expresivos, mientras que en países como Estados Unidos y Francia las mujeres tienden a ser un 40% y un 25% más expresivas que los hombres, respectivamente.

Según la investigadora, busca implementarse este mismo algoritmo incluso en electrodomésticos y, actualmente, está siendo utilizado por más de 100 empresas globales para refinar su comprensión del consumidor en los procedimientos de mercadeo: “Esto es posible, ya que, dependiendo del estado de ánimo de las personas, sabemos cómo dirigir la publicidad y en qué momento”, asegura Andrés Venegas, profesor del área de marketing de la Escuela Internacional de Ciencias Económicas y Administrativas (EICEA).

No obstante, ante la posibilidad de proyectos como este —que permiten concentrar datos y realimentaciones emocionales en tiempo real de experiencias y contenidos—, el profesor Venegas explica que es necesario, en primer lugar, una ética sólida, tanto en el gobierno como en las empresas, de tal manera que haya un buen manejo de la información; en segundo lugar, que las políticas de privacidad sigan evolucionando en todo el mundo, como ha sucedido en Estados Unidos y en Europa, y como, por ejemplo, ya sucedió con los drones en Colombia.

“¿Te imaginas que tu refrigerador pudiera reconocer cuándo estás ansioso y se cerrara automáticamente para que no engordaras?”. Rana el Kaliouby, Ph. D. en Ciencias de la Computación.

De hecho, en el campo político, Venegas explica que ya existen modelos de predicción electoral que rastrean palabras en línea, las clasifican como positivas, negativas o neutras y las asocian con emociones e intenciones de voto. Así mismo, en el campo de la seguridad, la iniciativa big data de Xinjiang, China, concentra datos de la población para identificar a individuos potencialmente criminales y ha diseñado gafas para los policías que permiten el reconocimiento facial de sospechosos e indocumentados en tiempo real.

Hoy, las compañías pioneras en algoritmos de reconocimiento facial, como Affectiva o Emotion Research Lab, calculan que este es el siguiente paso de la inteligencia artificial: implementar inteligencia emocional en máquinas.