La Sabana prendió motores en la “Shell Eco-Marathon Americas 2019”

Así lo registraron los medios

La Universidad de La Sabana participó por tercera vez consecutiva en la “Shell Eco-Marathon Americas”, una de las competencias de eficiencia energética automotriz más importantes del mundo.

“ Shell Eco-Marathon Americas”, uno de los eventos de eficiencia energética automotriz más importantes del mundo, busca que grupos de estudiantes universitarios diseñen, fabriquen y prueben vehículos altamente eficientes. Este año, la competencia se correrá en el autódromo Sonoma Raceway (California, Estados Unidos), del 3 al 6 de abril, y recibirá instituciones de toda América.

La Sabana es la única universidad colombiana que ha competido en este evento. En su tercera participación, presentará mejoras innovadoras en el vehículo. “Queremos subir más en el ranking . Realizamos mejoras en el chasis, la dinámica y la carrocería, con el fin de disminuir al máximo las pérdidas mecánicas por fricción”, asegura Julián Echeverry, director de programa de Ingeniería Mecánica y del proyecto.

En el 2018, el equipo de La Sabana tuvo una mejora de eficiencia de más del 70% con respecto al 2017 (cuando alcanzó la posición 13 de 27), lo cual le valió el puesto 11 entre 24 participantes en la categoría de prototipos eléctricos. Este año, la meta es estar entre los seis mejores equipos del mundo.

Un dream team lleno de ilusiones

El taller en el que han trabajado día y noche los 14 estudiantes de la Facultad de Ingeniería se ha convertido en el lugar donde se materializan los sueños; allí, entre caras y manos negras, han vivido ilusionados por estar en pista y sentir las revoluciones de un corazón que anhela estar entre los mejores del mundo. Estas son las historias de tres de los estudiantes que están detrás del carro de La Sabana que participará en “Shell Eco-Marathon Americas 2019”

Ana Giraldo, estudiante de Ingeniería Industrial

Ana se enamoró del mundo automotor gracias a su padre. Ella aún recuerda los viajes en carretera con su familia y cómo iba aprendiendo a utilizar las herramientas cuando se presentaban fallas mecánicas en el camino. Cuando corrió un carro por primera vez, su papá le entregó una estampita de Jesús y le dijo: “Desde hoy, eres la piloto de nuestras vidas”.

Ana, de 20 años, es una de las posibles candidatas a ser la piloto que competirá en Estados Unidos. Aunque pensó en dejar el proyecto porque su madre sufrió un infarto, su amor y una frase que ella le dijo la impulsaron a seguir: “No importa lo que pase, tienes que seguir con tus sueños. Eres una mujer muy valiente y capaz de lograr todo”. Ana dice: “Estoy en este dream team gracias a mis compañeros y a mi familia. Desde ese suceso me mentalicé para ser más fuerte. Todo ha sido un aprendizaje. Hoy soy capaz de asumir retos mucho más grandes”.

Felipe Arenas, estudiante de ingeniería mecánica

Felipe es la persona más joven del grupo. Tiene 19 años y cursa segundo semestre de la carrera de Ingeniería Mecánica. Él mismo se considera el primíparo del equipo. Esta travesía lo ha llevado a no caer ante los errores ni los problemas. “Desde el principio asumí el proyecto como un reto personal; quiero sacar lo mejor de mí”, cuenta.

Su gran ilusión es dar felicidad a los demás mediante su trabajo y eso lo ha ido logrando en esta vivencia. Además, anhela aportar al logro de los objetivos de este año. Lo más duro, según él, ha sido el sacrificio que implica la magnitud del proyecto. Sobre la experiencia, asegura “somos un ejemplo de lo que significa La Sabana. Cada detalle, así sea pequeño, importa”.

Carlos Guaraco, estudiante de Ingeniería Mecánica

Carlos es fanático de la Fórmula 1. Desde muy pequeño veía las carreras en su natal Venezuela. Se mudó a Colombia en búsqueda de mejores oportunidades. Cuenta que escogió estudiar la carrera de Ingeniería Mecánica en La Sabanaporque quería estar en un lugar donde pudiera trabajar los ámbitos académico y personal. Él se interesó en el proyecto y no dudó ni un segundo en unirse.

El estudiante de sexto semestre participó en las dos competiciones anteriores. Recuerda la “garra” que tenían la primera vez que pisaron suelo americano: “No éramos parte de los favoritos. La gente pensaba que no íbamos a terminar la carrera, pero les demostramos a todos nuestra fortaleza y lo logramos en nuestro primer año”, dice.

Carlos, de 20 años, cuenta que en la primera participación se les pinchó una llanta, lo que generó que el motor recibiera más carga y se presentaran fallas en el sistema de seguridad de la parte electrónica. “Tuvimos una reacción inmediata. Recuerdo que unos miembros del equipo iban levantando el carro a 50 metros del punto de partida y otros estábamos arreglando el sistema de seguridad de la electrónica e íbamos `despinchando ́ el carro. En 10 minutos solucionamos esa adversidad y logramos seguir en la pista”, relata.

Ana, Felipe y Carlos son el reflejo de la gran familia de ingenieros que se ha formado en los tres últimos años. Son jóvenes artífices de un auto que transportará un sueño: estar entre los seis mejores del planeta.