Existe una percepción social y personal relacionada con los adultos mayores al creerse que no pueden aprender algo nuevo o una lengua. Sin embargo, esto es un mito que debe derribarse creando confianza y reemplazándo el “no puedo”, por “sí puedo, y lo haré”. Deben romperse los estereotipos que afectan no solo al que enseña, sino al que aprende, y que pueden limitar las posibilidades de un adulto mayor en el aprendizaje, como sucedería con un joven o un niño.

Enfocando el aprendizaje a un nuevo idioma, de acuerdo con Andrea Milena García, jefe del Departamento de Psicología Básica y Neurociencias[1], la lengua en estudio requiere de una asociación con estímulos ya conocidos y consolidados previamente, pues, al haberse disminuido la plasticidad del cerebro en el adulto mayor, este necesita usar las redes cerebrales ya existentes. Por ejemplo, ellos cuentan con un mayor vocabulario, reglas gramaticales y significados que facilitan la adquisición de una nueva lengua.

Para la profesora, Ana María Ternent de Samper, profesora del Departamento de Lenguas y Culturas Extranjeras de la Universidad de la Sabana, estas personas tienen muchas ventajas para la apropiación de nuevos conocimientos, porque son mucho más motivados, más responsables, ya conocen su forma de aprender, se concentran con mayor facilidad, y varios de ellos quizá ya son bilingües, lo cual propicia un bagaje cultural que los ayuda a educarse, incluso más rápido que los jóvenes.

Cualquier aprendizaje que suceda de manera permanente en el cerebro adulto genera una estimulación neuronal que ejercita las células y mejora la capacidad de comunicarse con otras, creando redes y fortaleciendo las ya existentes. Por lo tanto, son procesos que mantienen activas las neuronas y producen un efecto favorable de estimulación. Esto ayuda a prevenir el deterioro cognitivo.

En el salón de clase, las metodologías que deben manejarse son las mismas, claro está, teniendo en cuenta las necesidades particulares de las personas de la clase. A los adultos mayores les gusta conocer el porqué de las cosas detrás del significado o la conjugación de un verbo; les gustan las tareas y aplicar en otros contextos lo que aprendieron. Sin embargo, no soportan las clases monótonas o repetitivas.

En cuanto a las herramientas que un adulto mayor puede utilizar para reforzar su método de aprendizaje, al igual que en las demás edades, están desde las clases teóricas, en que, además de ampliar su círculo social, si es el caso, interactúan con diferentes culturas, viajan y acuden a las aplicaciones móviles que tengan foros o encuentros virtuales que faciliten la interacción.

Los idiomas más fáciles de aprender para los hispanohablantes son el francés, el italiano y el portugués. Sin embargo, cuando las lenguas son muy próximas, tienden a causar alguna interferencia o confusión, pues se espera que la gramática, ortografía, ciertos sonidos o pronunciación sean similares, y realmente no lo son.