El papel de la logística humanitaria en el desastre natural ocasionado por el huracán lota

Colombia ha sido testigo del daño provocado por el huracán lota, un fenómeno natural que ha azotado al archipiélago de San Andrés y Providencia, y que no solo ha dejado varios estragos, sino que ha marcado la incertidumbre y la zozobra de quienes han sido víctimas de este suceso de la naturaleza. El país entra en una fase de ayuda humanitaria y, la logística del personal de ayuda, la gestión de recursos y el diseño de acciones, son fundamentales para mitigar y responder de la mejor forma ante la crisis. 

La logística humanitaria tiene en cuenta los impactos sociales asociados al sufrimiento humano que se genera cuando la población afectada queda en privación de ayudas humanitarias o en situación de vulnerabilidad. El objetivo es diseñar operaciones y procesos eficientes para responder rápidamente a las crisis, con criterios de humanidad, neutralidad, imparcialidad e independencia. 

De acuerdo con el doctor William Guerrero, director del Grupo de Investigación en Sistemas Logísticos de la Facultad de Ingeniería, frente al desastre natural causado por el huracán lota, se requiere utilizar modelos de optimización para plantear estrategias de distribución y transporte de las ayudas humanitarias que la población afectada requiere. 

“Un reto que afrontaremos será la colaboración entre los diferentes organismos que están en capacidad de aliviar el sufrimiento de las víctimas. Si las organizaciones no logran colaborar y coordinar las operaciones humanitarias, habrá potencialmente inequidad en la distribución de ayudas o ineficiencias en el uso de los recursos”, asegura Guerrero. Entre los aspectos relevantes para tener en cuenta, con el fin de diseñar la cadena de suministro humanitaria que requiere San Andrés y Providencia en este caso, están: 

 

Efectividad en la recolección de las ayudas humanitarias. En desastres del pasado, hemos visto que se tiende a donar ropa en mal estado, alimentos vencidos y provisiones inservibles como juguetes rotos. Este tipo de donaciones solo ocupa espacio en los medios de transporte y centros de almacenamiento de forma ineficaz.

Se requiere, además, construir una cadena de suministro resiliente en este caso. La elección de modos de transporte y de puntos de almacenamiento, por ejemplo, debe ser analizada con un criterio de resiliencia y de adaptación a los cambios eventuales que puedan ocurrir en la operación y gestión del ciclo del desastre.

Las operaciones deben tener en cuenta el impacto ambiental, social y económico en el corto y mediano plazo. Debemos buscar que las operaciones permitan minimizar el impacto que se genera al medio ambiente, a las actividades sociales propias de la cultura isleña y a la economía.