Personas con discapacidad visual contarían con una movilidad segura en Chía

El profesor Augusto Garrido y las estudiantes Paula Usta, Laura Naranjo y Karen Jiménez, de la Facultad de Ingeniería, evaluaron los puntos críticos del municipio de Chía frente a los problemas de movilidad que involucran a las personas con discapacidad visual; una iniciativa que surgió en la asignatura de Ingeniería de Transporte, con el objetivo de considerar la adaptación de las estructuras para favorecer la inclusividad de esta localidad y permitir un desplazamiento sin arriesgar la integridad de ese tipo de peatones.

Las manillas se encuentran vinculadas internamente al sistema operativo de los semáforos. Así, cuando las personas se acerquen a estos, los accionan y de esa manera avisan que necesitan el paso.

Para el profesor, la falta de infraestructura especializada para la movilidad de personas con discapacidad visual se debe, sobre todo, a que no se les ha atribuido la relevancia pertinente en las etapas de planeación. “Si bien existen planes para la integración y la participación de las personas con discapacidad, a menudo no se ejecutan de la manera esperada y no comprenden la integración de este grupo con el resto de la comunidad. Se limitan a la creación de espacios individuales que generan segregación y que no promueven un espacio de inclusión”, asegura Garrido.

Durante el proyecto, se llevó a cabo una fase de identificación y demarcación geoespacial de los sitios que atendían en alguna dimensión a las personas con discapacidad visual. Entre estos,se cuenta la ubicación de centros de salud, las fundaciones para el tratamiento de personas con discapacidad, los parques, las zonas de comercio, las instituciones educativas y los puntos frecuentados por la población de estudio.

 

Se establecieron los puntos de semaforización ubicados en el municipio de Chía para definir la relación entre los puntos de ubicación estratégica, los semáforos y las vías que conectaban estos lugares. La identificación del flujo en las vías se determinó con el fin de comprender el perfil de velocidades predominantes en los tramos y la posibilidad de accidentalidad en estos”, afirma la estudiante Paula Usta.

En cuanto a las alternativas evaluadas, se consultaron los diferentes tipos de soluciones implementadas en el mundo para aumentar la seguridad de las personas con esta clase de discapacidad, sobre todo en los cruces de semáforos. La alternativa más viable consiste en la semaforización por mando mediante señal bluetooth.

“La propuesta elegida se basa en entregar manillas especializadas a las personas registradas como discapacitadas sensoriales ante las autoridades gubernamentales. Las manillas se encuentran vinculadas internamente al sistema operativo de los semáforos. Así, cuando las personas se acerquen a estos, los accionan y de esa manera avisan que necesitan el paso. Cuando se acciona la manilla, el semáforo emite una señal sonora y vibratoria que permite al usuario saber que este ha recibido el mando y que puede cruzar en los momentos indicados”, dice Laura Naranjo.