Son varios los estudios internacionales, como los de la Universidad de Nueva York o el European Journal of Endocrinology, que demuestran que la obesidad es un factor de riesgo en un paciente con coronavirus, e incluso aquellos que tiene un Índice de Masa Corporal (IMC) mayor a 35 son más vulnerables a que requieran cuidados intensivos. ¿Qué hace que esta población sea más susceptible a enfermedades contagiosas?

El doctor Fernando Lizcano, director del Centro de Investigación Biomédica de la Universidad de La Sabana y profesor de la Facultad de Medicina, explica que la obesidad es una enfermedad crónica, con un leve grado de inflamación, que afecta el sistema inmune. “Este mismo factor y la presencia de problemas antropomorfo-mecánicos que impiden la expansión pulmonar hacen que un paciente con obesidad tenga más riesgo de complicarse por infecciones pulmonares. Además, circunstancias protrombóticas, una mala respiración oxidativa en las células y la poliglobulia (más glóbulos rojos por volumen sanguíneo) generan que la sangre llegue con dificultad a los tejidos, especialmente al corazón, riñón y cerebro", señaló.

En Colombia genera preocupación que, según la última Encuesta Nacional de Situación Nutricional de 2015, más de la mitad de la población adulta tiene sobrepeso u obesidad. Además, tres de cada diez niños, entre los 6 y los 12 años, tienen exceso de peso y, frente al período actual de aislamiento, el panorama no parece alentador.

“De los problemas más serios que ha generado la pandemia es el encerramiento. Esto ha desencadenado en que muchas personas hayan aumentado de peso y es posible que en unos años observemos más pacientes con diabetes, hipertensión arterial y algunos tipos de cáncer, como el de seno en las mujeres y el de colon en los hombres”, afirmó el doctor Lizcano.

Por otro lado, de acuerdo con su último artículo titulado Obesidad: un problema en la atención del Covid-19, Lizcano, junto a los demás autores, exponen que la prevalencia de esta enfermedad en el país conlleva otros retos, como la necesidad de tener más camas de hospital de alta resistencia o que el diagnóstico de imágenes se vuelva difícil de obtener. Sin embargo, respecto al decreto 176 de 2020 de la Alcaldía Mayor de Bogotá, el cual establece el confinamiento estricto para personas obesas, hipertensas o con diabetes, el doctor afirma que la solución no es obligar a que estas personas permanezcan en cuarentena.

“Es claro que no es adecuado, pues no existe base científica para decir que baja el número de contagiados o que se reducen las complicaciones de los pacientes con estas enfermedades. Cualquier medida en salud debe ser propositiva, no debe ser ni recriminatoria ni intuir sometimiento u opresión. Hay que tener en cuenta que las personas son racionales y tienen sentimientos. Además, en una sociedad con tanta inequidad no se pueden poner medidas absolutas, pues hay personas que tienen necesidades básicas no amparadas", señaló.

Ahora bien, es importante recordar que el ejercicio y una buena alimentación son fundamentales para perder peso. Además, es un riesgo que durante las condiciones de confinamiento las personas se alimenten con comida “chatarra” o alimentos procesados, ya que no contienen los elementos nutricionales suficientes. “Lo más importante es evitar el sedentarismo y, por supuesto, evitar los alimentos con alto contenido calórico. Me parece que en el fondo es un tema comportamental, el cual debe originarse en la casa con la ayuda de los padres", comentó el doctor Lizcano.