¿Cómo funcionan los alivios financieros durante la pandemia?

Desde marzo de este año, cuando se declaró el aislamiento obligatorio, el Gobierno colombiano lanzó distintas líneas de crédito y alternativas para los deudores, a fin de aliviar los impactos financieros causados por el COVID-19. Desde entonces, más de 11 millones de personas naturales, pequeñas, medianas y grandes empresas, se han visto beneficiadas por 215 billones de pesos, aproximadamente.

La alternativa de alivio creada recientemente es el Programa de Acompañamiento a Deudores (PAD), una propuesta de la Superintendencia Financiera, que está en vigencia desde el 1.º de agosto hasta el 31 de diciembre de 2020, inicialmente. El Programa sería una extensión de los alivios ya existentes y de algunos vencidos; con esto, los sectores del turismo, la gastronomía y la aviación, entre otros, comenzaron a sobrellevar las semanas de aislamiento y sus responsabilidades económicas.

El PAD les permitirá a las entidades financieras reestructurar su paquete de alivios, teniendo en cuenta el perfil de los deudores. Los beneficios del Programa incluyen períodos de gracia o refinanciación de créditos. Los bancos u otras entidades financieras (corporaciones financieras, compañías de financiamiento y cooperativas) no podrán ni aumentar las tasas de interés ni cobrar intereses de mora o intereses sobre intereses; tampoco podrán reportar a los deudores en las centrales de riesgo.

La alternativa de alivio creada recientemente es el Programa de Acompañamiento a Deudores (PAD), una propuesta de la Superintendencia Financiera.

“Los alivios están siendo representativos, pero no suficientes, porque los intereses se siguen acumulando y será mayor el dinero que deberán pagar los deudores. Las condiciones básicas de vida de las personas los obligarán a endeudarse aún más, si no llegan a tener ingresos constantes y estables, una vez se venzan los plazos otorgados por las entidades del sistema financiero”, explica el profesor Wilson Rodríguez, del Departamento de Finanzas de la Escuela Internacional de Ciencias Económicas y Administrativas.

No obstante, el panorama, según los expertos, no es del todo pesimista. Aunque son millones de colombianos los que se seguirán acogiendo a este Programa, y los efectos del COVID-19 en distintos sectores siguen haciendo presencia, “El sistema financiero en Colombia es sólido y tiene la fortaleza suficiente para afrontar las dificultades que se están presentando, siempre y cuando esos alivios no representen la pérdida de ingresos. De hecho, el Banco de la República ha venido garantizando una liquidez financiera para cumplir con esas obligaciones, de tal forma que siga habiendo flujo de caja y puedan seguirse otorgando períodos de gracia y alivios”, sostiene el profesor Rodríguez.

Aunque la Superintendencia Financiera con el PAD es flexible, en cuanto a las condiciones, deberes, derechos y obligaciones de las entidades financieras, personas naturales y jurídicas, en un escenario pesimista, “Si la situación no mejora y caemos en altas tasas de desempleo, altos niveles de pobreza y la reactivación económica continúa demorándose, las personas con créditos no van a poder pagarlos, independientemente de si tuvieron prórrogas o no. Esto implica un mayor estrés sobre las cuentas por cobrar en el sistema”, concluye el profesor.