Las noticias también deben servir para cuidar la salud mental.

Por María Belén García Martín

Ph. D. en Psicología Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico - Universidad de Granada.

Se cuentan por miles las noticias que cada día, desde que comenzó la alarma a causa del COVID-19, salen en la prensa escrita, televisión, redes sociales, etc. Estas hablan sobre la salud mental y las consecuencias que esta pandemia mundial tendrá en el equilibrio psicológico de la mayoría de las personas.

Es claro que los profesionales dedicados a la salud mental, entre quienes me incluyo, hemos recibido más llamadas de personas que atraviesan por alguna dificultad emocional desde que comenzaron las medidas de confinamiento. Y ninguno de los grupos etarios se libra de esto: niños más irritables, más tristes, adultos con sintomatología ansiosa, profesionales de la salud con agotamiento emocional, elevados niveles de burnout e, incluso, en algunos países se comienzan a ver casos de profesionales de la salud con Estrés Postraumático.

Pero, a veces es tan alto el número de noticias diarias que salen en un mismo país, que en muchas ocasiones, llegan a ser difíciles de interpretar o, incluso, pareciera que arrojan datos opuestos. Hace unos días, en el diario El Tiempo, se hablaba de Colombia como uno de los países que mejor sobrelleva la pandemia. Se menciona en esta publicación algo así: “El 65 % de los encuestados han cumplido a cabalidad las medidas de aislamiento y, el 67 % de ellos, manifiesta estar tranquilo […]”. La noticia es positiva, alentadora, pero, ¿cómo deberíamos interpretarla? Puede ser real que el 67 % de las personas encuestadas esté tranquila a pesar de la situación. Pero cuando uno indaga un poco más en qué datos se obtuvieron de la noticia, la encuesta  preguntaba por los miedos y las preocupaciones de las personas en caso de contagio y el miedo a morir. Esta encuesta se llevó a cabo junto con otros países, entre ellos Brasil, donde el número de contagiados y de muertos está muy lejos de compararse con Colombia… Quizás, de ahí el dato tan optimista.

Sin embargo, muy pocos días después, me encuentro con una noticia proveniente de la misma fuente que dice así: “El 75 % de las personas ha tenido algún problema de salud mental durante la cuarentena…”Y uno piensa: " ¿Pero, el 67 % de las personas no decía estar tranquilo?”. Y continúo mi lectura, donde se aclara que: “El 53 % de los encuestados manifiesta estar cansado; el 46 % impaciente;, el 3 % tiene rabia y, el 54 %, dice estar nervioso […]”.

Y aquí es donde necesito hacer un alto en el camino para expresar mi opinión profesional. ¿Quién no ha estado o está en este momento cansado de la situación de confinamiento y de todo lo que nos ha tocado vivir? Yo creo que ese 53 % se queda algo corto; ¿quién no se ha sentido impaciente pensando y pensando cuándo acabará todo esto? Insisto:  podría llegarme a parecer bajita la cifra de 46 %; pero, una pregunta: ¿desde cuándo estos sentimientos son un problema mental? No discuto que estas emociones a veces aparecen y, si no se regulan adecuadamente, pueden desembocar en otras perturbaciones; pero sentirse nervioso, impaciente o tener rabia NO es un problema mental. Sin embargo, la noticia comienza así: “El 75 % de las personas ha tenido algún problema mental [...]”.

Con esto, quisiera hacer un llamado tanto a la prensa para que sea  más cautelosa con lo que se publica y, a los ciudadanos, para  que no otorguen el estatus de “verdad absoluta” a todo aquello que leen. En muchas ocasiones, sin intención, las noticias se dan de manera resumida y pueden llegar a generar sesgos interpretativos. Y, en este momento, dadas las circunstancias, debemos cuidar nuestra salud mental, y eso comienza desde  cómo trasladamos las noticias a los oyentes. Es necesario pensar siempre antes de publicar cómo “el de afuera” puede llegar a interpretar esto y cómo puede afectarlo lo que va a leer.  

Seamos conscientes, todos, por favor:, la salud mental no es una noticia, es un problema de la sociedad muy grave, y todos podemos contribuir a acrecentarlo o, por el contrario, a cuidarnos entre sí. Los invito al llamado de cuidémonos… lLas noticias también deben servir para cuidar la salud mental.