El futuro de las fintech y la banca digital

Las fintech (finanzas y tecnología) son aquellas empresas que ofrecen servicios financieros, brindando, a través del desarrollo tecnológico, productos más accesibles y eficientes para el usuario. A su vez, la banca digital es la transformación de los productos bancarios tradicionales en digitales, adaptados a las necesidades y perfiles de los clientes. Ambas están alineadas para beneficiar al consumidor financiero. “Los grandes beneficios son el bajo costo de las transacciones, el respaldo tecnológico, la cobertura, la disponibilidad del servicio 24/7, y que las operaciones se hacen en tiempo real y permiten un onboarding 100 % digital”, explica José Luis Guarnizo, profesor de Inclusión Financiera del Departamento de Finanzas de la Escuela Internacional de Ciencias Económicas y Administrativas.

Uno de los principales retos a los que se han enfrentado estas soluciones tecnológicas, digitales y financieras es la poca flexibilidad del ente regulador.

A pesar de ser similares, una de las grandes diferencias es que la banca digital está regulada mientras que la mayoría de las fintech no. Estas últimas tienen un portafolio de servicios diferente al de los bancos digitales, como lo son las criptomonedas, los servicios de asesoramiento financiero, el crowdfunding y las transferencias en tiempos récord.

Desde su posicionamiento en el ecosistema digital, las fintech y los bancos digitales han sido aliados de los usuarios. No obstante, el aislamiento obligatorio, como medida preventiva para mitigar los efectos del COVID-19, ha sido la prueba para que este tipo de soluciones, de servicios bancarios, financieros y tecnológicos, se conviertan en el

verdadero apoyo para que las empresas puedan mantener su operación. Los usuarios han tenido que demandar los servicios ofertados y utilizar los canales de pago expuestos en sus compras, a través de las diferentes plataformas. Lo cual ha beneficiado aún más a estas instituciones, las cuales están llamadas a ser una solución en tiempos de pandemia, dinamizando el sistema.

Uno de los principales retos a los que se han enfrentado estas soluciones tecnológicas, digitales y financieras es la poca flexibilidad del ente regulador. “A su vez, se les ha exigido un robustecimiento de su modelo de negocio, pues falta diseñar productos para tipos de clientes como las personas independientes y las pymes. Así, el principal desafío siempre será la inclusión y profundización financiera”, asegura el profesor Guarnizo. Con la crisis del COVID-19, los bancos digitales y las fintech han seguido enfrentando este tipo de desafíos, sobre todo cuando las pequeñas y medianas empresas exigen un importante apoyo económico y financiero.

Su oferta de servicios escalable permite un futuro retador y prometedor a la vez. Si bien su uso y necesidad han aumentado durante la pandemia, por las restricciones de presencialidad que existen, este tipo de soluciones deben seguir venciendo el arraigo por lo tradicional y lo físico, derribando, principalmente, la barrera de la desconfianza en la demanda de servicios y productos en línea. Según el profesor Guarnizo, “Deben continuar diseñando productos acordes a las necesidades de todos los usuarios. La pandemia ha dejado ver que las pymes están abandonadas, no existen servicios financieros digitales que suplan en un 100 % sus necesidades. Por ello, las fintech y los bancos digitales deben contemplar, en su portafolio digital, productos de crédito que sirvan como apalancamiento financiero para este tipo de empresas”.