La profesora Angélica Villalba, jefe del Departamento de Periodismo de la Facultad de Comunicación, fue la ganadora de la primera edición del concurso de relato y poesía, con su cuento Luces brillantes. La revista Libros & Letras, en su ejercicio de iniciar una nueva forma de exaltar la literatura colombiana, convocó a 88 participantes, quienes enviaron 74 textos, entre cuentos y poemas.

“Yo dejé 20 años este sueño (escribir cuentos para concursos) en el cajón de los recuerdos y me di cuenta de que no era tarde para cumplirlo”, dice Angélica. “Siempre les digo a mis estudiantes que piensen en grande, que se den cuenta de que los sueños pueden cumplirse, y que vean que lo que les digo no son palabras vacías. Para mí, es muy importante que los jóvenes tengan eso en su corazón”, añade la profesora. Sin embargo, la escritura de cuentos, aunque es sencilla, es producto de un proceso creativo, organizado y disciplinado. Estas son las percepciones de la profesora Villalba frente a este ejercicio.

¿Cómo se escribe un cuento?

Lo primero es tener ganas de escribirlo. Luego, es necesario buscar la inspiración; para eso, es válido relatar una anécdota, pero también es recomendado observar la realidad con ojos de narrador.

Después, hay que ubicar a las personas en tiempo y espacio, mientras se presentan los personajes. Es fundamental crear una atmósfera y, para lograrlo, se recomienda el relato de acciones de los personajes o el diálogo entre estos.

Lo anterior es el inicio, lo siguiente sería el nudo o el conflicto que determina el reto que tienen los personajes y, finalmente, cerramos con el desenlace,que, en otras palabras, es la resolución del conflicto.

¿Qué recomienda a la hora de escribir un cuento?

  • Leer.No importa lo que leas, pero que te guste. Las historietas son buenísimas para empezar a interactuar con la lectura.
  • Tener un plan y claridad frente a la idea de la historia que se quiere contar. Esto no significa que no pueda variar a medida que se escribe, pero sí es necesario tener bases a la hora de escribir un cuento.
  • Los cuentos deben trascender. De alguna manera, lo relatado tiene que traer una enseñanza o generar alguna emoción que perdure en la mente del lector.
  • Luego de escribirlo, también es bueno pedirles a personas cercanas que lo lean, para que nos digan sus opiniones y lo que entendieron.

¿Se necesita hacer una investigación para escribir un cuento?

Sí. No es necesaria una investigación a profundidad o navegar en bases de datos, pero, si mi personaje es una mamá, es muy valioso hacerles preguntas a las madres que conozcas para entender qué piensan y qué sienten frente a diversas situaciones. También es necesario entender el momento histórico en el que se sitúa tu cuento. Es muy diferente un personaje de una mujer en 1920 al de una en el 2020.

A continuación, conozca el cuento "Luces brillantes":

"Luces brillantes"

Llega la noche. Las tinieblas se apoderan de las débiles paredes de bahareque. En ese momento, el lugar se transforma en una especie de castillo donde las sombras son personajes y, caprichosamente, la vela juega con el aliento de la abuela Isabel. De patos de oro, jaguares, tunjos en vida y extraños príncipes iluminados por el sol, se impregna el espacio con cada relato.

Ella me habla sobre las luces brillantes que se posan en la ladera. Son doradas y anuncian la presencia de tesoros bajo la tierra. La miro incrédula, pero escucho con atención. Imaginarme puntos de luz que juegan en el horizonte me llena de intriga.

De pronto, un fuerte sonido afuera de la casa nos interrumpe. Ella sale. Mientras tanto, yo me paralizo en la silla. Sé que Champaña, la yegua de mi tío Humberto está afuera, muy cerca de la puerta. Oigo el sonido de su respiración y una verdad se apodera de mí: Champaña es un ser sobrenatural salido de los cuentos de la abuela.

Sigo en la silla, clavada en la madera. Mi cuerpo está atrapado; solo puedo mover los ojos y espero que la vela no se apague. Un par de lágrimas resbalan por mis mejillas. Entre el terror y la cobardía trato de levantarme; sin embargo, es una tarea imposible.

Mi abuela abre la puerta. Su mirada es diferente, muy triste, casi como la de un moribundo esperando su hora. Al verme, me dice:

—¡No tengas miedo! Champaña está amarrada con las demás bestias.

Entonces, escuchamos voces de hombres rasgando la tierra; mientras la casa tiembla con cada golpe, se abre una grieta en la pared y pienso que se va a caer.

Muy confundida, le pregunto:

— Abuela, entonces ¿quiénes están afuera?

Ella, con una sonrisa entre pícara y perversa, sentencia:

—Mija, son los jinetes que buscan a la guaca de oro. Y aunque ellos no la pueden ver, ¡la guaca camina entre nosotros!

Atónita veo las luces brillantes de “El Dorado” que se pierden en los ojos de mi abuela.
*Tomado del portal web de Libros y Letras

“Al final le puse algo muy sentimental: que realmente para toda la familia ella (Isabel) era un tesoro, ella era la guaca que mi tío buscaba”, comparte Villalba.

“Yo dejé 20 años este sueño en el cajón de los recuerdos y me di cuenta que nunca es tarde para cumplirlos” - dice Angélica - “Siempre le digo a mis estudiantes que piensen en grande, que se den cuenta que los sueños se pueden cumplir y que vean que no son palabras vacías lo que les digo. Para mí es muy importante que los jóvenes tengan eso en su corazón”.

Sin embargo, este no es el único relato de la profesora. Desde inicios de 2019, Villalba comparte con Jimmy Arias ‘La Esquina Delirante’, un espacio para compartir sus relatos y microcuentos.