La salud: nuestra responsabilidad

Aliméntate bien para reforzar tu sistema inmune

Hoy más que nunca, el cuidado de nuestra salud nos invita a ser proactivos para mantenernos en buenas condiciones y para activar nuestro sistema inmune, el cual tiene la función de limitar el ingreso y la proliferación de organismos patógenos, como bacterias y virus.

Algunas manifestaciones que nos indican que existe una capacidad disminuida del sistema inmune para responder ante las amenazas del entorno incluyen la aparición de lesiones en la piel, comisuras en la boca, encías (sangrado), lengua y labios (fuegos). También se encuentran la pérdida importante de cabello, dolor muscular constante, heridas que sanan muy lentamente, entre otras. Todo esto se acentúa por el estrés prolongado, el descanso insuficiente, la respiración superficial, la falta de ejercicio, la mínima exposición a la luz solar, y una dieta e hidratación inadecuadas.

Para Gabriela Cáez, profesora y doctora en Biociencias de la Universidad de La Sabana, “La solución es limitar en lo posible el consumo de la comida chatarra y elegir aquello que realmente nos ayude. Requerimos vitaminas, minerales y fibra […] Todas las dietas para mantener nuestro peso y conservar la salud se basan en un equilibrio entre lo que ingerimos, el agua que bebemos y el ejercicio que realizamos”, asegura Cáez.

Otro de los puntos a tratar tiene que ver con las sensaciones de miedo, vulnerabilidad, soledad, confusión e incertidumbre. “Estas sensaciones por períodos de tiempos prolongados afectan todo nuestro organismo, incluyendo la actividad metabólica y la capacidad para extraer los mejores nutrientes de los alimentos”, concluye la doctora e investigadora del Grupo de Investigación de Procesos Agroindustriales (GIPA).

Nutrientes como el calcio, fósforo, hierro, magnesio, zinc, entre otros, son esenciales para el buen funcionamiento de los tejidos del organismo, mientras que las vitaminas A, C y D ayudan a fortalecer el sistema inmune y, en general, son necesarias para la actividad de las proteínas.

De acuerdo con el doctor Fernando Lizcano, endocrinólogo y profesor investigador de la Facultad de Medicina, “Estudios previos han demostrado que el suplemento de la vitamina C tiene un efecto protector para las infecciones del tracto respiratorio. Por otro lado, la vitamina D no solo es un nutriente, sino también una hormona que es sintetizada en nuestro organismo y está sujeta a los rayos del sol. Además, mantiene la integridad de los huesos y estimula la maduración de muchas de las células del sistema inmune”, afirma.

Por tanto, elevar la capacidad del sistema inmune es un compromiso que afecta nuestro estilo de vida. El manejo inteligente del tiempo y las circunstancias en las que vivimos durante este período de aislamiento deben propender por un estado de bienestar, que es fundamental para mantener alerta nuestro sistema inmune.

Zanahoria, mangos y espinacas para la vitamina A

La vitamina A ayuda a los anticuerpos a responder ante toxinas y sustancias extrañas. La zanahoria, mango, espinacas, calabaza y melón son buena fuente para esta vitamina.

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Brócoli, naranjas, fresas y brócoli para la vitamina C

La vitamina C aumenta los niveles sanguíneos de anticuerpos. Una buena fuente de esta vitamina la encontramos en alimentos como naranjas, fresas, toronjas, kiwi, fresas, repollo cocido, coliflor, pimientos rojos y verdes, y brócoli.

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Huevos, pescado y queso para la vitamina D

La vitamina D puede aumentar el número de glóbulos blancos que pueden reducir la propagación de bacterias y virus. Las buenas fuentes alimenticias de vitamina D incluyen huevo, leche, pescado, queso, productos lácteos vegetales, tofu y champiñones.