En esta coyuntura, la bioseguridad y los diferentes tipos de aislamiento en las casas adquieren gran importancia en la disminución del riesgo de contagio. Eylen Pedraza y Olga Laverde, profesoras de la Facultad de Enfermería y Rehabilitación, explican estos conceptos y su aplicación.
¿Qué es la bioseguridad?
De acuerdo con las profesoras, esta palabra alude a todas aquellas medidas implementadas para proteger a quienes nos rodean y a nosotros mismos de infecciones o posibles contagios derivados de la exposición a agentes potencialmente contaminantes.
¿Qué tipos de aislamiento existen?
Por contacto: contacto piel a piel, piel con objetos, piel con secreciones, etc.
Por gotas: partículas mayores a cinco micras (demasiado pequeño para ser percibido por el ojo humano), que pueden ser transmitidas por saliva o estornudo y que perduran un poco en el ambiente.
Por protector: es para pacientes inmunodeprimidos por algún tipo de enfermedades o porque están tomando medicamentos que bajan sus defensas.
Por aire: partículas menores a cinco micras que permanecen en suspensión en el aire.
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Recomendaciones para seguir en casa
Lavarse las manos constantemente, mínimo de 20 a 30 segundos.
Tener en casa elementos de protección básicos: tapabocas, guantes, desinfectantes, etc.
Si hay personas con algún tipo de infección en casa, es indispensable tener un cuidado especial: usar ropa especial para mantener el contacto con quien está infectado, lavarse las manos antes y después, desinfectar las superficies, y separar la loza y los vasos. Además, mantener a la persona sola en una habitación y con poco contacto.
El uso del gel antibacterial no cumple su función en las manos sucias. Es fundamental, primero, lavarse las manos antes de aplicar el gel. Solo así se mantiene la higiene.
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Desinfectar las frutas y verduras. Hay dos maneras: con dos gotas de cloro diluidas en 500 ml de agua o roseando vinagre y luego agua.
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Es ideal tener un espacio a la entrada de la casa para dejar los zapatos al llegar de la calle. Luego, se utilizan otros para el uso dentro del hogar.
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Aseo y ventilación en casa: hay personas que no abren las ventanas pensando que el virus va a entrar. Esto no es así; es importante mantener la circulación del aire.
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Cambiar cada ocho días (mínimo) las sabanas de las camas, no compartir almohadas y rotar cada dos días las toallas del baño.
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Mantenerse hidratado.
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Por último, la profesora Pedraza resalta que, para el 2022, el 80 % de las personas en Bogotá va a estar en contacto con el virus. “El virus llegó para quedarse; no es algo pasajero y se debe convivir con este y tomar las medidas para que las personas no se contagien al tiempo”. Es importante no entrar en pánico y contar con todas las medidas para que no haya un contagio masivo.