Obdulio Velásquez Posada llega a sus 30 años de servicio

"Soy docente, pero en mis ratos libres soy rector"

Omnia in bonum (todo es para bien) es quizás una de las frases con las que se identificará en la historia de la Institución al actual rector de la Universidad de La Sabana, Obdulio Velásquez Posada, quien el pasado 23 de marzo cumplió 30 años de servicio ininterrumpido a la comunidad universitaria.

Este abogado paisa, miembro de una familia de 18 hermanos, ha desarrollado una intensa vida académica y directiva en la Universidad de La Sabana, siendo miembro del Consejo Fundacional, del Consejo del Claustro Universitario, del Consejo Superior, de los consejos directivos de INALDE Business School y del Instituto Forum. Se ha desempeñado, además, como secretario del Consejo Fundacional, decano de la Facultad de Derecho y vicerrector secretario.

¿Cómo resume estos 30 años de trabajo en la Universidad de La Sabana?

Ha sido una gran aventura humana y sobrenatural, aunque nunca pensé ni en ser rector, ni mucho menos en dedicarme a la vida universitaria como lo he hecho. Como profesional, lo que veía era ser abogado de oficina y ese era mi proyecto de vida. Me gustaba la docencia porque había sido monitor en la Universidad Bolivariana y el contacto con La Sabana me abrió una nueva manera de desarrollarme: sin dejar de ser abogado, adquiriendo otras competencias profesionales y descubriendo otro camino; eso me labró nuevos horizontes que se volvieron inimaginables.

Descubrir el camino directivo también ha sido algo que me ha resultado fascinante y muy provechoso para mi vida profesional. Pero, sin duda, el trabajar en una universidad me ha permitido abrir la mente y salirme de mi propia profesión, pues he podido estar a diario en contacto con médicos, comunicadores, psicólogos, ingenieros, educadores, entre otros; lo que me llevó a tener unos horizontes muy importantes, los cuales, al final del día, son procesos de aprendizaje incalculables.

¿Qué es lo que más le ha gustado de todo este proceso?

A mí me encanta aprender y aprender de todo, además, porque es gratis. El que quiere aprender… aprende y eso ha sido la Universidad, un aprendizaje constante: de las personas, de maneras de pensar, de ver, de afrontar las cosas. Al tratar de resolver los problemas, la interdisciplinariedad que existe en La Sabana es maravillosa, eso me ha permitido abordar las cosas con varias miradas. Sin duda, es lo mejor de haberme dedicado a lo que hago.

¿Cuáles son esas cosas que lo han marcado?

Definitivamente, lo que me ha marcado son todos esos momentos que da la vida cotidiana: reuniones, juntas, charlas, cafés, conversaciones. Hoy puedo decir, sin temor a equivocarme, que lo que más me ha marcado en todos estos años son esos momentos diarios del encuentro con la gente, el cariño y la solidaridad de las personas.

¿Qué siente al ver lo que ha hecho por tantos jóvenes y por el país?

A lo largo de los años, los equipos que ha tenido la Universidad han logrado permear la cultura que se respira. Siento que no hay frustración alguna, pues el sueño de hacer una Institución como la que se ve hoy y como la que tenemos, nos permite decir que estamos cumpliendo con esa meta. Eso da alegría y satisfacción. Dios y la vida me han dado la providencia de estar en una Universidad que tiene este impacto tan grande en el país y en el mundo.

Somos una Institución joven, pero llena de muchas cosas para mostrar y, entre todos, hemos tocado a las personas y seguiremos resolviendo verdaderos problemas. Siento mucha alegría porque construimos y desarrollamos, conjuntamente, un proyecto académico institucional propio, que dejará huella para siempre. Eso sí que es una verdadera satisfacción…

¿Cómo ha sido el proceso de transformación que ha vivido la Universidad?

En estos 30 años me ha tocado ver muchos cambios, desde la llegada del internet, pasando por cientos de adelantos tecnológicos del mundo moderno. Somos una Universidad innovadora. Desde siempre, La Sabana ha tenido claro que tiene que estar a la vanguardia y dispuesta a adoptar los cambios que se requieran, para llegar cada vez más lejos.

¿Cómo se imagina la Universidad en unos años?

La Universidad de La Sabana seguirá siendo un referente nacional e internacional muy importante, por su calidad académica consolidada, con centros y grupos de investigación, los cuales estarán trabajando en temas de punta de todo orden.

¿Qué mensaje les da a las nuevas generaciones?

Una persona que pasa por una universidad se vuelve universitario y un universitario tiene que volverse un apasionado por la verdad, por aprender. Hay que aprender todos los días, si la gente lo asume, seguramente será feliz.