Relaciones de jóvenes  por internet: ¿Satisfactorias o no?

Es una escena común y corriente: Daniela recibe en su teléfono una notificación: alguien ha dejado tres “Me gusta” en fotos de una de sus redes sociales. Es un chico. Entra a su perfil, le llama la atención y entonces ella deja tres “Me gusta” más en las fotos de este usuario, a quien llamaremos @carlos15.

No está escrito, pero entre jóvenes saben que acaba de iniciarse una especie de coqueteo virtual y que a la acción anterior le sucede otra: un “Hola” en una de las bandejas de mensajes directos.

Nada puede salir mal. ¿O sí?

En los últimos años, las redes sociales han tomado presencia en los distintos escenarios de la vida juvenil. Según cifras de Ofcom (2019), entidad encargada de regular las comunicaciones en el Reino Unido, el tiempo y el uso que los jóvenes destinan en internet se ha duplicado en los últimos 15 años, alcanzando las casi 19 horas semanales. Por supuesto, en redes sociales, las relaciones de pareja no son una excepción. Muchos jóvenes ven en estas plataformas una buena alternativa para conocer a nuevas personas y, por qué no, para iniciar una relación sentimental con alguna de ellas.

A pesar de eso, es necesario considerar el grado de satisfacción de los jóvenes en estas relaciones y verificar si cumplen con las expectativas de lo que para ellos podría ser una relación de pareja satisfactoria. Volvamos, entonces, a nuestra historia y a la pregunta inicial.

Suponiendo que Daniela y @carlos15 inician una relación a través de esta red social, ¿qué tanto aliento podría preverse en esta relación?

Si bien es cierto que las redes sociales cumplen un papel determinante para que estas dos personas se conozcan y permiten un acercamiento previo a alguna cita, puede existir el temor de que no sea cierta la información de uno u otro.

Precisamente, buscando la respuesta, Brenda Rocha, Paola Uribe y Lina Estupiñán, profesoras del Instituto de La Familia de la Universidad de La Sabana, realizaron un estudio entre 633 jóvenes, con el propósito de entender cuál es el nivel de satisfacción en las relaciones románticas, generadas mediante el uso de internet en jóvenes universitarios.

Se evidenció que las redes sociales facilitan el inicio de las relaciones, pero también que la satisfacción es baja.

“Los hallazgos evidenciaron que, para la mayoría de los jóvenes que han tenido esta experiencia, un mensaje no reemplaza un abrazo, unos emoticones no bastan para expresar emociones completas y unos gifs no sustituyen una salida a cine”, explica la profesora e investigadora Paola Uribe. El estudio evidenció, de acuerdo con las preguntas, que el afecto físico no es reemplazado por el afecto que puede llegar a ser recibido a través de una pantalla y que termina por verse reflejado en la importancia que los implicados deciden darle a la relación; esta es mucho menor en comparación a la que se le da a una relación en la que sí existe la presencia física.

Se evidenció que las redes sociales facilitan el inicio de las relaciones, pero también que la satisfacción es baja.

La realidad es que son escasas las probabilidades de que este cruce constante de halagos, indirectas y etiquetas llene todos los espacios que implican una relación amorosa. El estudio encontró que, aunque suple momentáneamente la interacción real de dos personas que se sienten atraídas, esta interacción solo alcanza a mostrar una parte de cada uno de los implicados, no su realidad.

Además, con estas investigaciones, los jóvenes expresaron que son necesarias las relaciones interpersonales directas, porque las que surgen de las redes sociales se dan sobre una realidad creada y solo es percibido lo que la otra persona quiere mostrar. Esto se debe a que en las redes sociales los usuarios suben una parte de ellos, no a ellos en sí. Esto genera inseguridad y desconfianza, y hace que se prefiera tener una relación cara a cara.

Otro de los aspectos evidenciados en el estudio se relaciona con el tiempo. Si tuviéramos que aconsejar a Carlos o a Daniela sobre si iniciar o no una relación por las redes sociales, deberíamos explicarles que muchas veces estas son relacionadas con el adjetivo de “efímero”. Esto se relaciona también con el hecho de que “Las relaciones virtuales hacen de las conexiones humanas algo más habitual y superficial, más intenso y breve, siendo más complicado establecer un vínculo verdadero”, tal como lo expresó el profesor polaco Zygmunt Bauman.

¡Alerta!

Paola Uribe, una de las profesoras investigadoras de este estudio, explica que los jóvenes, al iniciar una relación por internet, además de considerar su nivel de satisfacción, deben tener presente los riesgos que conlleva esta relación mediada por el mundo digital.

Engaño: “La pantalla les permite a las personas mostrar lo que quieren que vean de ellas y ocultar lo que no. Eso incluye desde los malos hábitos hasta el aspecto físico”, afirma la profesora Paola. Cuando tenemos a una persona cara a cara, podemos aprender a identificar sus reacciones y comportamientos, lo cual se dificulta a través de internet.Estafas: “Hay una cultura de la cosificación en internet”, explica. Son comunes los perfiles falsos de personas que quieren hacerles daño a los jóvenes
Idealizar a la persona: cuando no se ve la realidad de la persona, nos hacemos una imagen casi perfecta de esta. “De hecho, cuando uno escribe en un chat, puede leer y decidir qué enviar o no. En el encuentro cara a cara se aprende a medir cómo expresar lo que sentimos”, expone.Pérdida de la identidad o el autoestima: una relación a distancia puede generar inseguridades severas entre las personas que la tienen, ya que se crea una tendencia del control. “Las personas suelen perder su identidad y llegar a compartir con su pareja aspectos como su ubicación en tiempo real, hasta fotos de todo lo que come”, expresa.

 

¿Qué se recomienda?

No generar exclusivamente relaciones digitales (este consejo aplica para aquellas relaciones que se sostienen a través de internet, no para quienes se conocen por este medio): esto quiere decir que los espacios virtuales no deben ser los únicos en la relación. Es necesario conocerse en contextos presenciales y comprometerse más allá de un dispositivo. Si es la primera vez que se ven, el consejo es ir acompañado para evitar encontrarse con situaciones de peligro; sin embargo, lo recomendable es evitar los encuentros en la medida de lo posible.

Controlar las ilusiones: “Es fundamental no idealizar ni ilusionarse con la persona”, explica la experta. A veces no nos encontramos con lo que esperamos o, simplemente, el momento de verse en persona no se da. Así que es importante mantener en estos casos el control de la frustración.

Buscar información adicional de la persona: si bien revisar sus publicaciones es importante para conocer a la persona, también debe revisarse su círculo social más cercano. “Esto ayudará, por ejemplo, a comprobar si la persona tiene compromisos con otra persona y cómo es su comportamiento”.

Ser genuino: “No hagas en el mundo virtual lo que no harías en la vida real”, señala la profesora Uribe. El compromiso siempre será en doble vía.