Viaje al pasado para comprender el presente

El ecosistema digital ha traído consigo una nueva forma de entender y vivir el mundo. Varios autores ya han destacado la revolución industrial 4.0, fenómeno entendido como la era de la transformación digital, como una de las más dinámicas, ágiles y revolucionarias. Aunque la tendencia investigativa en este tema busca explicaciones del presente y el futuro, Sergio Roncallo, profesor Ph. D. en filosofía e investigador de la Facultad de Comunicación, puso su lupa en el pasado como actor protagónico de la vida digital.

El doctor Roncallo decidió desarrollar de manera inédita en Colombia una investigación acerca de la nostalgia y las formas que esta asume en el ecosistema digital, la cual tiene como objetivo entender “De qué manera se apropia el pasado en un entorno en el que se permiten formas masivas e inmediatas de interacción”. En otras palabras, quiere entender y mostrar al mundo cómo el pasado sigue teniendo un rol en el presente, a partir de las nuevas narrativas y tecnologías.

Estamos presenciando una era en la cual se replican de manera sistemática los exponentes de la cultura del pasado. Un ejemplo de esto fue la reaparición de Yo soy Betty, la fea en las pantallas de RCN y su éxito en la plataforma de streaming, Netflix; fue un programa que captó nuevamente a la audiencia, 20 años después de su estreno. Otro ejemplo es Stranger Things, una serie original de Netflix que optó por tener un estilo vintage, es decir, una imagen propia del mundo en el pasado, a pesar de tener a su disposición herramientas para hacer efectos especiales modernos. 

De esta manera, “Determinar los códigos que ponen el sentido del pasado en nuestro presente, bajo la forma de la nostalgia” fue el objetivo que se trazaron Roncallo y su equipo para enfrentarse a la investigación. “A lo que apuntamos es a lo que Martín-Barbero, teórico de la comunicación y los medios, llama las mediaciones, las formas de apropiación y significación que se dan hoy, a partir de la recuperación mediática del pasado”, afirma el investigador.

“Lo importante aquí radica en la idea de pensar el pasado no como algo que ya no existe, sino que nos constituye. Estamos hechos del pasado”.

Esta investigación parte de cuatro líneas de estudio: Comunicación y representación audiovisual, Discursos y narrativas audiovisuales, Teorías de la comunicación y Filosofía de la tecnología.

La importancia de este tema se centra en la capacidad que tiene la nostalgia de ser un dispositivo contenedor de identidad, el cual permite comprendernos. “Lo importante aquí radica en la idea de pensar el pasado no como algo que ya no existe, sino que nos constituye. Estamos hechos del pasado […] El pasado son fragmentos que vuelven a nosotros en una ecología que permite comprendernos de otra forma”, comparte el profesor Roncallo.

Aunque es una investigación joven que apenas atraviesa el proceso de exploración teórica, Roncallo ha identificado ciertos hallazgos a partir del tema central. “La nostalgia se manifiesta de muchas formas, desde la posición frente a las maneras en las que hoy se expresa la cultura, hasta la negación de las prácticas culturales contemporáneas por parte de quienes buscan en la nostalgia, precisamente, protegerse del presente”, comenta el investigador. Y esa sensación de abrazarse al pasado la explica el investigador a partir de una “Brecha para leer lo nuevo, la cual está marcada por la añoranza de lo viejo, por eso no entendemos nada de lo que está pasando hoy, porque lo comparamos con un pasado idealizado”.

Sin embargo, lo que resulta más cautivador del proyecto termina siendo también el reto más grande de la investigación. Este radica en lo inefable que pueden ser varios de los conceptos desarrollados y lo divergente, versátil y variable de la temática. “No somos físicos ni ingenieros, trabajamos con lo contingente, con lo inestable”.

Este gran reto alimenta la motivación para seguir estudiando, ya que el deseo de investigar la nostalgia nace desde las vivencias personales de los investigadores. Roncallo explica que “Tres de nosotros (el equipo investigador) estamos alrededor de los 40 años y, en este momento de la vida, se tiende a sublimar el pasado. Es necesario pensar en eso. Vivimos en tiempos de nostalgia”.

Por eso es que, en un año del proyecto, las principales tendencias llevan a los investigadores a “Pensarse como sujetos de la historia, que ya no es una sola, y a entender que tienen el compromiso de construir un futuro, sin olvidar de dónde vienen o de dónde creen venir”, cierra Roncallo, afirmando que todavía queda un año de investigación como mínimo para terminar de descifrar la nostalgia y el pasado como actores principales, constituyentes y determinantes de la vida del ser humano y su nueva codificación a partir de la tecnología.