Heladas en Colombia 

¿Están realmente preparados los campesinos para el cambio climático?

 

Los campesinos y agricultores fueron unos de los mayores afectados por las fuertes heladas que se registraron a comienzos de este año, en los departamentos de Cundinamarca, Boyacá, Santander y Norte de Santander. Según Nicolás García, gobernador de Cundinamarca, “se necesita atender integralmente a más de 2.700 familias que se vieron perjudicadas por este fenómeno”. Además, el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales, IDEAM, alertó que las bajas temperaturas podrían extenderse hasta mediados de marzo. Ante esto, el ministro de Agricultura y Desarrollo Rural, Andrés Valencia Pinzón, anunció que se entregarán más de 5.850 toneladas de complemento alimenticio para subsanar los daños en los cultivos y, junto a la Unidad Nacional del Riesgo de Desastres, destinarán cinco mil millones de pesos a los productores afectados.

Sin embargo, este fenómeno no es nuevo para los agricultores y se repite todos los años en el país. Entonces, ¿por qué no se están tomando las acciones preventivas para contrarrestar esta situación? Jefferson Galeano, profesor de educación ambiental de la Facultad de Educación, explica que el problema se ubica en dos vertientes. En primer lugar, la estrategia que se organiza desde el gobierno nacional para garantizar la sostenibilidad del sector agrícola es incierta. “El problema no está en la helada o la pérdida del cultivo, sino en la estructuración de la configuración tanto social como económica de la actividad agrícola”, afirmó. Para él, la razón es que gran parte de estos procesos se diseñan y formulan desde una estructura centralizada y no regional, “por ende, terminan descontextualizados y se alejan de la comunidad de interés: el campesino colombiano”, señaló.

En segundo lugar, se necesita invertir más en la preparación y formación de la comunidad campesina. “Debemos tener un proceso social centrado en la educación, el cual esté pensado desde la gestión del riesgo, con un enfoque proambiental, que garantice el bienestar del campesino y lo forme”, aseguró.

Por otro lado, María Angélica Leal, profesora de la Licenciatura en Ciencias Naturales, afirma que el problema también involucra a la comunidad científica. “Desde las ciencias y las ingenierías se han hecho grandes avances en técnicas para mantener y cuidar esos cultivos, pero resulta que los científicos pocas veces salimos a educar y no transferimos ese conocimiento. Necesitamos que lo que se hace en los laboratorios y en los centros de investigación de nuestras universidades salga a nuestros campos, por medio de la transferencia tecnológica y la apropiación social”, dijo.

En cuanto a las heladas, la profesora señaló algunas recomendaciones que los campesinos deben tener en cuenta para proteger los cultivos:

 Acolchados térmicos:  se colocan encima de los cultivos y, debido a sus materiales aislantes, permiten que la temperatura se mantenga unos grados por encima de la temperatura ambiente. (No es recomendable usarlos en cultivos tan grandes).

 Tener el suelo siempre limpio y húmedo:  Favorecerá que se mantenga la radiación solar. De esta manera, se mantendrá uno o dos grados por encima de la temperatura de la noche.

 Productos protectores:  inhiben la formación de cristales de hielo que causa que se rompan las células de las plantas. Su aplicación favorece que no sea tan agresiva la helada.

Sin embargo, Angélica explica que es importante tener en cuenta las propiedades del suelo, ya que “hay que tener en cuenta que necesitan un periodo de descanso y, por eso, es recomendable dejar zonas libres de cultivos, en el que se roten contantemente para que el suelo tenga la capacidad de recuperarse y adquiera de nuevo sus características”, añadió. Además, hay que procurar realizar siembras con productos nativos de la región que presentan mejor resistencia a las condiciones climatológicas difíciles.