Menos ruido, más bienestar

¿Alguna vez se ha sentido incómodo o perturbado con el exceso de ruido en las instituciones de salud? Este tema llamó la atención de Cristian Camilo Vanegas Sandoval, estudiante desde octavo semestre de Enfermería, por lo que decidió investigarlo e implementar algunas prácticas de su disciplina, como acciones de mejora para contribuir al bienestar y a la experiencia en las instituciones de salud. El proyecto de gestión Menos ruido, más bienestar, enfermería el corazón del cuidado fue desarrollado en conjunto por Cristian Camilo y la enfermera Noranyela López Silva, en la Clínica Shaio. A través de estrategias de enfermería se logró fortalecer en un 60% el bienestar de pacientes y familiares que asisten al servicio, gracias a la disminución de un 70% del ruido.

La iniciativa de analizar el efecto del ruido surgió cuando Camilo atendía a un hombre mayor que estaba hospitalizado, y este le expresó que le dolía la cabeza de tanto escuchar a un señor hablando fuerte. Vanegas menciona “Me quedé perplejo, pues yo no había caído en cuenta de tal ruido, probablemente por la costumbre. Desde ahí surgió mi interés por abordar el tema desde mi disciplina”.

Fue así como buscando referencias se encontró con que la Organización Mundial de la Salud (OMS) afirmó que, a partir de los 85 decibeles, con una exposición de ocho horas o más en cualquier ambiente, se generan consecuencias negativas en la salud; lo cual no está lejos de la realidad de profesionales de la salud, debido a que, por lo general, un turno de Enfermería es de ocho horas.

Adicionalmente, en realidad un ámbito hospitalario puede llegar a ser tan caótico como el de la actividad diaria en la ciudad. De esta manera, de acuerdo con la OMS, se generan dificultades en la comunicación, disminución de la audición o incluso daño permanente de las células sensoriales auditivas, pérdida de calidad de sueño y/o malestar diurno moderado.

Como parte del diagnóstico, Vanegas y López realizaron encuestas al personal, para identificar si el ruido era o no un aspecto de mejora en la institución. Los resultados mostraron que gran parte de los participantes presentaba molestias auditivas, a causa de su trabajo como enfermero o médico.

Se establecieron estrategias para disminuir el ruido y favorecer el silencio, individual y colectivamente,

teniendo como meta alcanzar los 40 decibeles, que son los establecidos por la OMS para un ambiente hospitalario, lo que equivaldría similarmente al ruido dentro de una biblioteca. 

Con la implementación de estas acciones, gracias al proyecto, se pudieron encontrar beneficios notorios para pacientes, trabajadores y para la misma institución, como: mayor descanso, menos estrés, menos ansiedad, mayor productividad, disminución del dolor, recuperación más rápida, comunicación asertiva, contribución a la política ecológica y de humanización, satisfacción del personal, fortalecimiento de valores institucionales, entre otros.

Vanegas y López resaltaron que estas pautas no solo podrían contribuir a mejorar la disminución del ruido en las instituciones de salud, sino que también tienen efectos positivos en el bienestar de las personas, lo que es, en últimas, el principio más importante por el que trabajan los profesionales de la salud y más aún de la enfermería, como el corazón del cuidado humano.

Algunas acciones desde la enfermería para mejorar el ruido

Evaluación del ruido con un sonómetro para conocer los decibeles dentro del servicio, encontrándose que el mayor nivel de ruido fue de 93.79 decibeles.

Sensibilización al personal que labora en el servicio para que reflexionaran acerca de su bienestar, el de los pacientes y familiares; teniendo en cuenta que una vez se pierde la audición, ya no se puede recuperar.

Se estableció un líder del silencio semanal que velaba por: dispositivos móviles en silencio o vibración, no uso de audífonos o elementos que distraigan la labor del personal, modulación de la voz.

Capacitación al personal de servicios generales y camilleros con aspectos como, por ejemplo, evitar golpear las canecas y movilización de camillas.

Implementación de tapones de oído para el personal y pacientes en procedimiento.