Entrevista

Profesora Marta Ximena León Delgado

¿Cómo se inicia su historia en la Universidad de la Sabana?

Mientras trabajaba como anestesióloga en el hospital de La Samaritana, fui invitada por el doctor Pablo Arango para comenzar a dictar la cátedra de fisiología a los primeros estudiantes de la Facultad de Medicina en tercer semestre. La docencia me era familiar porque en el hospital siempre teníamos estudiantes de posgrado y residentes de medicina. Me gustaba la idea de poder aportar al fortalecimiento de la Facultad y de la Universidad, y con el tiempo me vinculé del todo para continuar con la labor investigativa, de docencia y de proyección social.

¿Cuáles han sido los logros más sobresalientes en su carrera?

Siempre quise profundizar en la comprensión del dolor para mejorar la calidad de vida de los pacientes. Para ello, cursé la Especialidad de Anestesiología Pediátrica en el Children’s Hospital of Philadelphia, y la Especialidad en Dolor y Cuidados Paliativos en el Instituto Nacional de Cancerología. Cuando me reintegré a la Universidad, trabajamos fuertemente con la Facultad desde la educación y el impacto en políticas públicas, para convertirnos en un referente del cuidado paliativo, en los ámbitos regional y nacional. Como fruto de este trabajo –con el Ministerio de Salud, el Senado y otras instituciones– el derecho al cuidado paliativo en Colombia se consolidó como ley (Ley 1733 del 2014), y el Modelo Integral de Atención en Salud (MIAS) adoptó el cuidado paliativo para todos los colombianos: lo que empezó como clases, se convirtió en ley de la República.

Además, en este proceso hice, en nombre de la Universidad, un International Pain Policy fellowship con la Universidad de Wisconsin Madison. Inicialmente, iba a durar dos años, pero se prolongó a seis. Como resultado de esta colaboración entre ambas instituciones y de los proyectos de La Sabana, la Universidad no sólo orientó la creación de la ley 1733, sino que empezó a asesorar ---y hasta hoy lo hace-- al Fondo Nacional de Estupefacientes para mejorar la disponibilidad de medicamentos destinados al cuidado del dolor (opioides) en todo el país.

¿Qué tan importante ha sido su familia en dichos logros?

Mi familia ha sido un gran apoyo; siempre se ha intentado involucrar en lo que me apasiona. Su estímulo, y ver que ha sentido la importancia de mis proyectos como si fueran propios, me ha ayudado a dedicar tiempo y esfuerzo en lo que hago y a compartir sus experiencias y las mías como familia. El apoyo de la familia es muy importante para que uno pueda ir logrando los objetivos.

¿Qué propósitos tiene para el futuro?

En primer lugar, un mayor impacto territorial en el cuidado paliativo en todas las regiones del país, tanto en la educación y en la formación de profesionales como en la disponibilidad de opioides, por ejemplo, generar redes entre regiones con las diferentes autoridades e instituciones para crear propuestas reales y ricas en conocimientos y continuar la creación de la Especialidad en Dolor y Cuidado Paliativo en La Sabana: ya se pasaron todos los documentos al Ministerio de Educación y estamos a la espera de sus indicaciones.

¿Qué es lo más gratificante de ser profesor?

Son varias cosas. Como docente, lo más gratificante es sentir la inquietud de los estudiantes por las cosas diferentes y nuevas, y contagiarse de su sed de aprender. En el campo de la investigación y de la proyección social, lo más gratificante es poder dar respuesta a problemáticas del país, construyendo nuevos aportes y generando redes de apoyo.

¿Cuáles son los temas que le apasionan en la vida?

La lectura. Me encanta leer. Me parece todo un placer. La familia, porque me encanta compartir tiempo con ellos, con mis hijos; es una delicia. El deporte también: nadar y caminar. Y, además, me gusta mucho viajar y conocer otras culturas y formas de pensar; es muy enriquecedor.

¿Qué mensaje les daría a sus estudiantes para ser exitosos?

Ser cada día la mejor persona que uno pueda ser; no estar comparándose con los demás, y cada día disfrutar lo que se hace. ¡No es disfrutar la meta, sino el camino!