Entrevista

Profesor Doctor Manuel Fernando Valero Valdivieso

¿Cómo se inicia su historia en la Universidad de la Sabana?

Mi carrera como profesor en la Universidad de La Sabana comenzó en enero del 2009. En el 2008, estaba finalizando mi doctorado en Ingeniería Química en la Universidad Industrial de Santander y, por ese entonces, Elizabeth Cabra, la actual decana de la Facultad de Ingeniería, era la directora del programa de Ingeniería Química. Luego de varias entrevistas, entré a enseñar en la Universidad, y hoy, nueve años después, heme aquí.

¿Cuáles han sido los logros más sobresalientes en su vida?

Mi familia, mi esposa y mi hijo, principalmente. Adicionalmente, pienso que otro logro es transmitir el amor por la investigación a nuestros estudiantes de pregrado, de maestría y de doctorado. Recuerdo mucho cuando se graduó mi primer estudiante de doctorado. Entre mis logros, también incluiría los 20 trabajos de pregrado que he tenido la oportunidad de dirigir y la participación en el desarrollo de los diferentes programas: la Maestría en Diseño de Gestión de procesos, el Doctorado en Biociencias y el Énfasis en Procesos Químicos.

¿El camino que ha recorrido para ser profesor titular le deja alguna enseñanza?

Muchas, pero fundamentalmente una: que nadie llega aquí solo; es decir, el trabajo en equipo es fundamental: que crean en uno y creer en los demás. Eso es muy importante.

¿Qué tan importante ha sido su familia en dichos logros?

Como decía: nadie llega aquí solo, ni personalmente ni familiarmente. El apoyo familiar es fundamental para todos los logros. Sin embargo, balancear es importante: en mi caso, una cosa es el trabajo y otra la familia. Cuando termino mi trabajo, voy a estar con mi familia.

¿Qué propósitos tiene para el futuro?

Crecer y seguir aprendiendo, no más. Ser profesor exige todos los días la necesidad de aprender. Un profesor no puede quedarse donde está. La ciencia y el conocimiento son muy dinámicos. Debemos estar siempre en la frontera del conocimiento.

¿Qué es lo más gratificante de ser profesor?

Las anécdotas de los estudiantes. Recuerdo un estudiante, cuando enseñaba en la UIS, que se sentía muy mal el día en que yo iba a aplicar la prueba. Yo le dije que resolviera primero aquello que lo tenía preocupado. Cuando presentó la prueba le fue muy bien, y cinco o seis años después me lo encontré, y se había convertido en profesor de cátedra. Me dijo que el gesto que había tenido le había cambiado la vida. ¿Cuál es la lección más importante de ser profesor? Que uno solamente conoce la punta del iceberg de sus estudiantes y que cada uno es diferente. Nunca debemos juzgar; no conocemos. En cambio, sí podemos aprender de ellos, de sus familias, de los momentos y las épocas.

¿Cuáles son los temas que le apasionan en la vida?

Saliéndome del ámbito académico, diría que el Real Madrid. ¡El fútbol! ¡Yo escucho y vivo fútbol! Para mí, un fin de semana sin fútbol no es un fin de semana. Me veo hasta el deporte más raro del mundo, hasta del curling me sé las reglas.

¿Qué mensaje les daría a sus estudiantes para ser exitosos?

Hagas lo que hagas, hazlo por la pasión, porque te gusta, porque es lo que te llena. Nunca tomes decisiones en tu vida por acción o por lo que puedas conseguir alrededor de eso. El motor de tu vida tiene que ser tu pasión y, partir de la pasión, salen los otros sustantivos, como el compromiso y la disciplina. Creo que una de las características más importantes que debe tener un estudiante, en cualquiera de los niveles académicos, es la disciplina, que se construye día tras día, mes tras mes y año tras año. Hay que tratar de pensar en dejar de ser tan cortoplacistas, siempre trabajar de forma apasionada y creyendo en lo que haces.