Y si esto durara años… ¿Nos quedamos en el liderazgo remoto?

Nos llegó el nuevo año con la normalidad del confinamiento, pasaremos un diciembre con unas restricciones que nunca pensamos que iríamos a vivir, y ahora tenemos que planear nuestro nuevo. 2021, con la esperanza de vivir una “normalidad …más normal”, y buscar nuestras metas y objetivos que no logramos en el que será el año más estigmatizado de la época moderna, el famoso 2020 de la pandemia.

Nos llegó el nuevo año con la normalidad del confinamiento, pasaremos un diciembre con unas restricciones que nunca pensamos que iríamos a vivir, y ahora tenemos que planear nuestro nuevo. 2021, con la esperanza de vivir una “normalidad …más normal”, y buscar nuestras metas y objetivos que no logramos en el que será el año más estigmatizado de la época moderna, el famoso 2020 de la pandemia.

Son muchos los sectores que tuvieron que ajustarse a la situación y aunque unos más que otros, uno de los más impactados fue el de la educación, que demostró su agilidad y ajuste, en donde la forma más eficiente de adaptarse, al no poder usar sus instalaciones físicas, fue la de descubrir una serie de modalidades y metodologías que permiten una entrega académica integral e incluso a veces más personalizada, ajustándose a las necesidades y condiciones de cada estudiante.

Sin duda que la tendencia actual está encaminada hacia los nuevos conceptos de liderar a la distancia o mediados por TICS, y son en el área empresarial los programas en Gerencia y Gestión que tienen un gran valor en cuanto a la formación académica, pues además de conceptos, forman también líderes que ocupan o llegarán a ocupar altos cargos al interior de las organizaciones. Cabe resaltar, y esto también debe ser un factor determinante al momento de establecer un programa de estudio, el compromiso que tienen las universidades por educar a sus estudiantes no solo en conceptos académicos, sino también, en formar personas con valores y principios que lleven a la construcción de una mejor sociedad y de un mejor país. Ahora se requieren de lideres con unas competencias y destrezas acordes con nuestros tiempos, que sean cada vez más rápidos, pero sobre todo, con capacidad de adaptación a los distintos cambios de las organizaciones, de la sociedad y el mundo.

Liderar equipos desde la virtualidad ha sido el principal reto que muchos gerentes han tenido que afrontar. Vivimos ahora con gran intensidad características como la confianza, disponibilidad, seguimiento, planeación, flexibilidad, etc., esta última, definitivamente salió a relucir porque debimos adaptarnos con rapidez a las nuevas situaciones personales y laborales; debimos reprogramar el trabajo. Así, aceptamos que no hay control sobre todo y muchas situaciones escapan de nuestro gobierno. Esos imprevistos de la conectividad y otros aspectos más dificultan el tomar decisiones; y a veces se toman, pero sin la plena conciencia de ello, solo nos basamos en nuestra experiencia.

Otra circunstancia que está latente en estos tiempos es el desarrollo de conocimientos de una manera focalizada y en distintas áreas, en donde una buena opción es la educación continua, que cumple con reforzar conocimientos puntuales para necesidades específicas que se requieran de un funcionario al interior de una organización. También es un factor de elección cuando se requiere una actualización de conocimiento en un área de interés o en un sector en específico.

A pesar de las verdades incómodas que nos toca asumir para la vida, hay que superar con entereza estas circunstancias de salubridad que, aunque limitan, nos dan opción de ser recursivos y superar las adversidades, compartiendo más y ayudando a otros a salir adelante durante el tiempo que duren estas circunstancias, para así dar sentido y sostenibilidad tanto personal como empresarial a nuestra existencia.

Ante el cambio social y cultural que se nos está presentando, se afectaron además de las organizaciones sobre todo las familias y las personas, que cada vez estamos aprendiendo a resistirnos menos a los cambios para que, de una manera más veloz poder implementarlos en nuestro diario vivir, bien sea desde las órdenes provenientes del direccionamiento directivo al interior de las empresas, o ejerciendo un liderazgo que sea inspiracional y permita una alineación entre los proyectos de vida que tenemos en las familias y los proyectos de las empresas donde laboramos.