¿Las telenovelas colombianas influyen en los valores familiares?

Kantar Ibope, una de las encuestadoras líderes en el mercado de investigación de medios de comunicación en América Latina, dio a conocer que en el 2017 el medio de comunicación más consumido por los colombianos fue la televisión. Si contrastamos este hecho con lo que dijo el académico Jesús Martín Barbero: “En todas las telenovelas latinoamericanas se manejan y manipulan sentimientos básicos como el miedo, el entusiasmo, la lástima y la risa, a través de la óptica claramente marcada del traidor, del justiciero, de la víctima”, surgen preguntas… al consumir tanto este contenido, ¿estos hábitos pueden replicarse en nuestras familias?, ¿cómo podemos evitarlo?

Andrea Rojas García y Sergio Díaz Santos, estudiantes de la Maestría en Asesoría Familiar y Gestión de Programas para la Familia del Instituto de La Familia, decidieron buscar las respuestas de estas preguntas como parte de su proyecto de gestión social. Realizaron la investigación con familias de dos localidades del país: el barrio Alcázar de Bogotá y el Centro de Piedecuesta de Santander. ¿Qué encontraron?

  1. Las familias afirmaron estar de acuerdo con que muchas de las acciones o representaciones expuestas en las novelas no identificaban la forma de vida ni los valores que buscan transmitir en sus hogares.
  2. Según los participantes, algunos episodios de las novelas colombianas exponen comportamientos que generan rechazo por parte de los padres de familia. En la mayoría de los casos, los padres expresaron que preferían que sus hijos no vieran esos comportamientos por temor a que los replicaran.
  3. Existe la tendencia a sobrevalorar a algunos personajes de las telenovelas. Esto se ve con mayor frecuencia en los hijos, quienes tienden a querer imitar personalidades que los padres ven como negativas. Sin embargo, la sobrevaloración de personajes también la viven los padres
  4. Las personas pueden escoger la afinidad con cierto personaje o acción, de acuerdo con la realidad que viven.

La televisión es un fuerte influenciador en la vida de las personas, especialmente en los más jóvenes. En las familias, su consumo, ahora desde múltiples pantallas y dispositivos, ha traído acceso a diversos contenidos, varios de estos con valores que no necesariamente son afines a los que los padres de familia quieren inculcar.

Juan Camilo Díaz, profesor del Instituto de La Familia, afirma que debe formarse a los padres de familia y a los niños y adolescentes para que hagan un consumo de televisión y, en general, de medios, crítico y responsable. También, y gracias en parte a las plataformas móviles, debe tenerse en cuenta que las franjas televisivas se han esfumado. Hoy, puede consumirse cualquier contenido a cualquier hora, por esto, hay que desarrollar en los menores de edad un criterio para que sepan elegir buenos contenidos, propuestas enriquecedoras, así como se escoge un buen libro.

Finalmente, el profesor Díaz destaca que, para la familia, ver un buen programa debe ser una oportunidad de pasar tiempo unida, divertirse, compartir y aprovechar los contenidos, con el propósito de afianzar los valores personales.