Un adiós al doctor Eduardo Borda “La medicina, la satisfacción de servir a las personas”

El doctor Eduardo Borda dejó un enorme testimonio a muchas generaciones de nuestra Universidad.

Su legado quedó impregnado en las generaciones que pasaron por las aulas, las pasantías médicas, las tertulias alrededor de anécdotas y experiencias, y hasta sus programas de radio, en los cuales, con paciencia, les explicó tantas veces a los padres de familia las mejores prácticas en la salud de los niños. En su vida, el camino del servicio constante y su familia fueron los grandes protagonistas.

El doctor Eduardo Borda falleció hace 15 días y hoy Campus recuerda el enorme testimonio que les dejó a muchas generaciones de nuestra Universidad. Fue pediatra de la Pontificia Universidad Javeriana y vicerrector académico y decano fundador de la Facultad de Medicina de la Universidad de La Sabana. Además, fue profesor titular y emérito de La Sabana y de la Pontificia Universidad Javeriana.

A lo largo de los años, el doctor Borda demostró que, con perseverancia, los sueños pueden cumplirse. La gran cantidad de amigos, colegas y estudiantes ratifica que el éxito y el bienestar solo son posibles con la presencia de los demás.

Su pasión por la medicina nació cuando tenía ocho años y pudo ver trabajar a su tío, quien era médico.

Casi desde ese mismo instante supo que era una carrera de vocación. En alguna oportunidad le preguntaron qué había sido lo más difícil en su profesión y respondió: “Hacer plata”. Contaba esta anécdota: “Yo me especialicé en Estados Unidos y, cuando abrí mi consultorio, cobraba 30 pesos por consulta. Con 30 pesos en esa época yo podía mandarme a hacer una camisa sobre medidas y me sobraban 15 pesos, pero con esos mismos 30 pesos no me alcanzaba para mantener a mi familia. Obviamente fue un reto, pero logramos superarlo, nunca pensando en hacerme millonario con la profesión, sino en la satisfacción de servir a las personas”.

Su familia fue un gran apoyo en su carrera, un soporte para trabajar con seriedad y con una visión de futuro. “La vida no es fácil, es terriblemente exigente. Hay una frase que aprendí hace años y es que, cuando uno sueña, siempre se queda corto. Eso lo comprobé al darme cuenta de que las metas que me propuse se fueron cumpliendo poco a poco. Yo pienso que el prestigio que adquirí fue por la responsabilidad y la dedicación que tenía en lo que me había propuesto”.

El doctor Borda llegó a la Universidad el 8 de septiembre de 1984 como vicerrector académico. Las sedes de la Institución estaban en la calle 70 y, su oficina, en una casa antigua. Pasaron los años, y vio crecer a la Universidad y nacer a esa Facultad de Medicina que tanto quiso.

El mensaje para sus discípulos fue siempre estar al día y profundizar en el conocimiento, puesto que, en Medicina, nunca se termina de estudiar. Ir al ritmo del avance de la ciencia sería la clave para alcanzar una proyección positiva dentro del ejercicio profesional y alcanzar prestigio. Un logro para vivir con honestidad y a la luz del juramento hipocrático, con el que cada médico empieza y termina sus días.