¿Cómo cuidar a un familiar que padece demencia?

Según la enfermera Paola Sarmiento, profesora de la Facultad de Enfermería y Rehabilitación y experta en salud mental, en las primeras etapas de la demencia una persona suele presentar dificultad en el lenguaje, así como pérdidas significativas en la memoria reciente; por ejemplo, no recuerda si desayunó y se desorienta en el tiempo y en lugares conocidos.

Además, puede tener problemas para tomar decisiones, perder la motivación y mostrar poco interés por realizar algunas actividades. Asimismo, es posible que sufra alteraciones en el patrón del sueño y que descuide la higiene.

“En etapas más avanzadas, la persona puede tener dificultad para cocinar o hacer actividades básicas cotidianas: no le es fácil salir a comprar, deambula, se pierde en su propia casa. También puede tener alucinaciones. Allí debe tenerse apoyo terapéutico completo para todo el grupo familiar”, dice la especialista.

Si vives con un pariente que padece demencia, ten en cuenta los siguientes consejos de la profesora:

  1. Según las recomendaciones del médico tratante, modifica algunos aspectos en la casa, desde los espacios físicos hasta la forma en que socializas con él. Esto mejorará la calidad de vida de todos.
  2. La seguridad en casa es importante: no debes dejar cosas en los pasillos, porque tu pariente puede caerse. Pon llave a los cajones de la cocina y a la puerta. Coloca antideslizantes.
  3. Establece rutinas: define horarios y espacios para el momento del baño o de aseo personal, la alimentación, el vestido y los suministros de medicamentos. Estas rutinas le permiten fijar mejor las actividades diarias en su memoria y generar hábitos.
  4. Usa herramientas como las etiquetas de memoria para que pueda ubicarse mejor.
  5. Deja que sea independiente. Esto permite que conserve la autoestima. Hasta donde pueda, debe comer solo, escoger su ropa o bañarse sin asistencia.
  6. Simplifica las tareas. Recuérdale de forma clara y sencilla cómo realizar las actividades.
  7. Entiende la enfermedad que está afrontando tu pariente; por ejemplo, sus cambios de personalidad y de conducta.
  8. Evita discusiones porque no logras comunicarte con tu familiar. Para él no es fácil hacerse entender por el manejo del lenguaje, del pensamiento y de la memoria.
  9. Usa la comunicación no verbal. Háblale con palabras sencillas.
  10. No lo apartes de las decisiones familiares: permítele opinar para que no se sienta relegado.
  11. La salud física también es importante: fíjate si está yendo al baño, si le dio gripa, si está comiendo, etc.
  12. Emplea diversas manifestaciones de afecto: abrázalo, dile que lo quieres, etc.