Campus a escala humana

 

Son las 6:00 a. m. y Santiago acaba de entrar. Hace frío, está muy nublado y medio lluvioso. Hoy prefirió madrugar y unirse a su “combo” para repasar una hora. Tiene parcial de cálculo y no puede permitirse llegar tarde. Lugar de encuentro: Punto Chimenea. Se come un pandebono, una almojábana y un buen chocolate –aliados perfectos, típicos de la región– para empezar uno de sus días que suelen ser como de 12 horas. Aquí estudia, trabaja, hace deporte, disfruta de la música y hasta dedica una hora diaria en la Createca para escribir su cómic: “Cómo aprender matemáticas sin que te devoren las neuronas”.

Así será la vida para un alumno, entre otras muchas cosas, con la puesta en marcha de Ad Portas, un proyecto que va más allá de los 32 mil metros que se construyen actualmente y que hará de la Universidad de La Sabana un espacio para soñar, para pensar, para crear, para disfrutar, para respirar, para caminar... ah sí, y un espacio para estudiar y trabajar, con olor a hogar.

Campus presenta hoy a la comunidad universitaria uno de los proyectos más ambiciosos de los últimos años. Aquí lo primero es cada una de las personas que hace parte de nuestra Institución. Seguimos forjando una Universidad a Escala Humana. 

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Lo primero es cada una de las personas que hacen parte de nuestra institución. Seguimos forjando una Universidad a escala humana.

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No es fácil entender cómo una construcción de madera, ladrillo, cemento o adobe pueda responder más a una lógica centrada en la persona que en el concepto arquitectónico o a las necesidades de espacio que puede llegar a tener una institución como la Universidad de La Sabana. No obstante, es así, lo sostiene categóricamente el Rector, Obdulio Velásquez Posada, quien cambia incluso de tono de voz cuando se refiere a Ad Portas.

“El edificio no se construye para solucionar necesidades sino para satisfacer aspiraciones. Se levanta como un elemento muy importante del Plan Maestro de Construcción, de lo que proyecta ser la Universidad a futuro y responde a las premisas fundamentales para que la Universidad siga siendo una institución de calidad”, puntualiza el Rector.

Tras haber obtenido la renovación de la Acreditación por ocho años, las prioridades se funden en tres pilares sobre los que se construye no solo Ad Portas sino todo el Plan de Desarrollo al 2029 (año en el que la Institución cumplirá sus 50 años) en lo relacionado con el ofrecimiento de propuestas académicas serias y sostenibles: coherencia curricular, relevancia práctica e internacionalización. Tres términos que constituyen un reto, el cual implica asuntos vinculados al quehacer educativo mediado por innovaciones que se desplegarán primero en Ad Portas y, con el tiempo, en muchos rincones del campus.

La enseñanza de cualquier disciplina no es la misma de antes. Se está transformando todos los días. Por eso, para consolidar estos tres pilares se requerirá de una buena dosis de innovación, de pensar distinto y hacer distinto.

Es así como nacerán la Central de Recursos Especiales para la Academia de Tecnología y Emprendimiento para la CoCreación Avanzada (Createca, un término largo para lo que significa, pero corto para lo que representa) y la Estudioteca (que complementa a la ya tradicional Biblioteca). Conjuntos de salas de estudio grupales, salas privadas, mesas individuales, sofás y zonas de estar. En la Createca –como su nombre lo indica- los estudiantes tendrán espacios para crear, inspirarse, hacer propuestas y arriesgarse: escribir un libro, hacer un programa de informática o componer una canción; cada cual en su mundo.

Estos serán unos laboratorios de uso amplio, interdisciplinarios e interfacultades; en otras palabras, a diferencia de los específicos, abarcarán temas generales que convoquen a toda la Universidad. Ese será el inicio de una serie de clubes académicos que generen comunidad dentro de los estudiantes