Ancestros: raíces, familia y un podio muy esperado

“Ya no somos un grupo de danzas, somos una familia". Así es nuestros grupo representantivo "Ancestros".

El grupo Ancestros el día de la competencia de Ascún.

En la reconocida Media Torta de Bogotá se llevaba a cabo el “Festival de Danzas Ascún” del 2018 y la Universidad de La Sabana contaba con más de 20 estudiantes, quienes esperaban entrar a escena. Con los nervios de punta, pero la confianza de quien se ha preparado para lograr la meta, Nicolás Andrade, asistente de dirección del grupo representativo miraba con atención a los cinco grupos que se estaban presentando antes de que fuera su turno. Él lleva más de tres años en el grupo Ancestros y fue ese sábado 8 de septiembre que su sueño de subirse al podio de Ascún se hizo realidad. 

“Ya no somos un grupo de danzas, somos una familia. Aquí hay hermanos mayores y menores; compartimos alegrías y tristezas.  Eso se ve en las tarimas”.

Nicolás, estudiante de séptimo semestre de Derecho, es uno de los integrantes insignia del grupo de danza folclórica. Es posible escuchar la emoción en su voz y la alegría que siente cuando recuerda todo el proceso y el esfuerzo de cada integrante para representar a la Universidad con la frente en alto. La preparación fue larga. Los jurados no solo evalúan los vestuarios, el maquillaje y la coreografía. Además de tener un buen baile, es fundamental tener una investigación académica y trabajo de campo sobre la danza que se va a presentar. El proyecto previo se debe presentar a los evaluadores y a las otras universidades con una explicación completa con evidencias y mucho conocimiento, sin contar con que cada presentación se debe acompañar con música en vivo. Cada uno de esos ítems tiene un valor para completar el 100% que alcanzaron nuestros representantes.

Se presentaron ante un público eufórico y muy crítico con la tradicional ceremonia de los negros de Pasca, un pequeño municipio de Boyacá en donde se realiza el baile cada 24 de diciembre. Su actuación tenía que ser impecable, sin importar el altísimo grado de complejidad, y lo fue. Dentro de la danza se realiza un proceso de tejido y destejido de unas telas que puede venirse abajo por cualquier error, pero ellos supieron hacerlo y alcanzaron en los resultados finales el segundo puesto entre 15 universidades participantes. Nicolás recuerda el momento en que el destejido funcionó como tanto lo habían ensayado: la emoción del grupo creció aún más. Fue, como él dijo, “un segundo puesto con sabor a primero”.

Alexandra Reyes, directora y profesora del grupo Ancestros, expresó que “para ellos significa, además del triunfo y la alegría tan grande, sentir que después de tanto tiempo se logró. Es un orgullo enorme para nosotros y para la universidad y Bienestar Universitario, que nos han apoyado muchísimo”. 

Es un grupo dedicado, muy disciplinado y muy unido. “Los que estamos en el grupo hemos dejado sangre, sudor y lágrimas en cada tarima porque esa es la imagen de la Universidad”, dijo Nicolás. “Llegué solo de Santander a estudiar acá y encontré en el grupo una familia. Nos ayudamos, nos acompañamos. Ya no somos un grupo de danzas, somos una familia. Aquí hay hermanos mayores y menores; compartimos alegrías y tristezas. Eso se ve en las tarimas. No son ocho parejas por su lado, somos un grupo en el que todos dependen de todos”, agregó. 

El recorrido del grupo aún es largo, los ensayos no paran y la emoción continúa presente en cada bailarín. Les queda un paso importante: Ascún Nacional en Buenaventura el próximo mes. Nicolás espera volver a casa con otro galardón en sus manos, pero cuenta que por ahora se siente satisfecho: “Mi compromiso era dejarle un reconocimiento Ascún a la Universidad, un Ascún al grupo y me voy satisfecho porque lo hice. Fue muy gratificante escuchar el nombre de mi Universidad. Subirnos al podio fue la recompensa a tanto esfuerzo. Ahora nos vamos para Buenaventura”.

Desde ahora, nuestros mejores deseos para el grupo Ancestros. Cada estudiante de la Universidad estará con ustedes de corazón en la presentación final. La pasión en sus movimientos y el corazón que lleva cada baile serán siempre el recuerdo de una familia que se construyó con música y que dejó a la Universidad de La Sabana en el podio más alegre de todos.