El Coro de la Universidad, voces que han dejado huella desde 1987

Desde 1987, comenzaron a unirse las voces bajo un mismo propósito: la creación del Coro de la Universidad de La Sabana, su primer grupo  representativo. En aquel entonces, la maestra que inició la carrera de formación y consolidación fue Silvia Samper, pianista de profesión y encargada de iniciar un proceso con cantantes aficionados, conformado por un grupo de estudiantes de diferentes programas académicos de la Institución.
Después de un tiempo, llegó Jorge Cuenca a liderar el Coro de estos estudiantes que se entusiasmaban por subir a las tarimas y dejar en alto el nombre de la Universidad;
un grupo que, desde ese momento, se convirtió en una inspiración para los nuevos integrantes de La Sabana. Con la entonación, la afinación, el ritmo, los timbres y el color de la voz, se lograba la compenetración musical con el liderazgo de Jorge, una labor artística que quedó plasmada en los corazones de los integrantes de ese entonces. Así es el recuerdo de Héctor Vásquez, bajista e integrante del Coro entre 1989 y 1993, quien hoy revive esos momentos únicos, cuando el grupo de estudiantes se unía con un mismo propósito: cantar, disfrutar y representar a su Universidad.
 

Para 1989, el Coro se encontraba en un gran momento; las competencias se convertían en un desafío. Ese año, participó en todos los concursos de coros interuniversitarios convocados por la Asociación Colombiana de Universidades (ASCUN), pero, además, aceptó la invitación de la Gobernación del Huila para participar en el Encuentro Internacional de Coros en San Agustín, con la presencia de representaciones de Venezuela, México, Ecuador, Perú y Panamá.


Los viajes aumentaron, pero fue esa experiencia en San Agustín, con un desplazamiento por carretera, la que marcó un antes y un después en la historia del Coro universitario. A pesar del largo trayecto, tanto de ida como de vuelta, el recorrido permitió crear una cercanía entre los integrantes del grupo. Una vez en el lugar, el Coro participó, por primera vez, en un evento cultural nuevo, llenando las calles con las canciones icónicas del grupo.


“Sin duda alguna, fue un viaje que nos aportó muchísimo como agrupación. Los rayos del sol golpeando fuertemente en nuestros rostros y la humedad del lugar no impidieron que entonáramos nuestras canciones. Además, estábamos rodeados de muchísima gente que hacía parte del evento y, aunque generaba un poco de presión, dejamos una gran imagen ante los asistentes. Ese fue un momento de orgullo para todos nosotros”, recuerda Héctor. Liliana Barrios, también integrante del grupo (entre 1987 y 1993), aún conserva muchos recuerdos de su paso por el Coro y la cantidad de estos sigue siendo un motivo de felicidad y orgullo. Desde entonces, el grupo del Coro comenzó a ser considerado para representar a la Universidad en diferentes eventos, como grados, actividades de la Rectoría y de las facultades, que, sin duda, han marcado la historia del Coro, con la demostración de la excelencia hasta hoy.


La música ha marcado la vida de todos los integrantes. Si hablamos del coro de 1989, muchos de ellos se reencuentran para recordar esas épocas de ensayos, alegrías y tristezas; pero, siempre vuelven a cantar esas canciones que parece que no se olvidan, que están en cada uno de ellos, a pesar de que el tiempo y las circunstancias de cada uno son diferentes. Siempre se crea un espacio para volver a recordar esos hermosos momentos que los hicieron y hacen mejores personas.
 

El tiempo ha cambiado para todos. Los integrantes no son los mismos, el director es diferente, aquel espacio donde practicaba la generación de 1989 ya no existe, las competencias han variado, las canciones han tenido modificaciones, pero hay algo que con el pasar de los años no cambia: el amor por la música y llevar el Coro en sus corazones, tanto siendo estudiantes como después de graduarse.


Hoy, la historia se conserva y los esfuerzos se suman: el Auditorio David Mejía Velilla se convierte en una reunión virtual a través de la plataforma Teams, donde los ensayos siguen, con el seguimiento de cada estudiante, como nos cuenta Magda Beltrán, su actual directora:


“Trabajamos diferentes carpetas en las cuales se sube la información de las partituras y los videos de referencia, para que puedan cantar de la mejor manera. Se les envían los audios guía para que ellos puedan montar sobre este las  voces en audio y, en video, para sacar los multitrack, que estamos trabajando para la representatividad”.


A través de los años, el grupo sigue dejando la voz de la Universidad en muchos escenarios, compitiendo en el Festival Regional de Coros, donde han tenido grandes reconocimientos, como Mejor Cuerda de Bajos Festival Nacional de Coros (Categoría Coros Mixtos en 2015). También son destacadas sus participaciones internacionales, como en el World Choir Games (Ohio, Estados Unidos), en el II Festival Coral Internacional de Otoño CoralCun (Cancún, México) y, en el I Festival Universitario de Coros, organizado por la Universidad de Piura (Piura y Lima, Perú).


Todas las experiencias han sido fascinantes. Por ejemplo, cantarle al Papa durante su visita al país es una imagen que quedará plasmada para siempre, cuando el corazón latía más rápido de lo normal y la emoción se convertía en nervios y ganas de cantar. “Él, entrando a la Catedral Primada, y el Coro entonando el Tu Es Petrus, para luego acompañar un Salmo y despedirlo con el himno de la Virgen de Chiquinquirá. Ahí mismo, viajamos a Villavicencio y abrimos la mañana rezando y cantando el Rosario, para luego encaramarnos en sillas y despedirlo con nuestra canción para él, a todo pulmón. Hemos cantado en otros países, frente a muchos públicos, pero creo que la plenitud del Coro se plasmó en esos instantes que quedarán por siempre en nuestra memoria”.